Repasa tu fe entonces.
No es una entidad competitiva, tiene unos costes estructurales elefansiáticos. Es una entidad de la que viven sus directivos y que se están comiendo a pedazos sus empleados.
El Covid-19 la ha enviado estructuralmente un escalón más abajo como en su momento lo hizo la crisis 2008 en España.
Es la definición clásica de lo que se denomina trampa de valor. Sin emociones por en medio, mira el BPA por ejemplo. Y luego compara con la retribución total que se ha llevado su presidente durante los últimos 4 años.
Y ahí es donde tienes el dinero de tus padre ancianos. La verdadera preguntan es hasta cuándo van a permitir a estas pirañas seguir devorando a la entidad. En la respuesta está la tesis de inversión
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