Telefónica mantiene conversaciones en diferentes frentes para seguir monetizando sus infraestructuras en Latinoamérica a través de socios y acuerdos que ayuden a financiar las nuevas redes de fibra óptica y el futuro 5G.
El objetivo de la operadora es poder cerrar acuerdos similares a los producidos en Chile, Brasil y Colombia, es decir, crear nuevas compañías de infraestructuras (InfraCo) que permitan compartir propiedad y, a su vez, acelerar los despliegues.
Gracias al éxito de los acuerdos cerrados en los países anteriormente mencionados, en Telefónica se ha optado por seguir trabajando en este tipo de pactos, en detrimento de otras fórmulas. Un cambio en la hoja de ruta original que pasaba principalmente por intentar vender la totalidad de estas filiales.
En noviembre de 2019, el presidente ejecutivo
José María Álvarez Pallete anunció el
nuevo plan estratégico de la compañía centrando el foco en cuatro mercados claves:
España, Reino Unido, Alemania y Brasil.
De esta manera, el resto de las filiales de Latinoamérica -Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela- se separaron de la compañía en un spin off que originalmente tenía como objetivo vender estos activos.
Se replantea la estrategia
No obstante, la Covid y la particular situación en el continente llevó a
Telefónica a replantearse su estrategia y buscar socios con los que
compartir propiedad cediéndoles además la gestión. Una posibilidad que también se aparcó tras constatar los bajos precios que se estaban consiguiendo.
Desde Telefónica advierten que en estos mercados mantienen una buena posición de liquidez y una buena cartera de clientes que les permite mantener la marcha del negocio sin problemas.
En este contexto encaja además la reducción de la deuda de la compañía, uno de los principales objetivos de Telefónica para la monetización de sus filiales en Latinoamérica. Si se malvenden estos activos en el continente el efecto en la reducción de la deuda sería muy bajo o nulo.
Es por ello por lo que se comenzaron a buscar soluciones personalizadas, país a país relacionadas con sus activos de infraestructuras. A comienzos de este año la operadora comenzó a mover ficha y cerró acuerdos para constituir filiales de fibra en Chile y Brasil. En Chile
cerró un acuerdo con KKR valorando la nueva operadora de infraestructuras en 800 millones de euros y reduciendo la deuda en 400 millones.
Telefónica mantendrá el 40% de participación de la nueva entidad, que operará como una compañía mayorista neutral, preparada para acelerar los despliegues locales de red de fibra óptica a través de Chile, y ofrecer acceso mayorista para el negocio FTTH a todos los proveedores de servicios de telecomunicaciones.
Brasil, Colombia y Perú
En el caso de Brasil,
se creó FiBrasil tras un acuerdo con el fondo CDPQ y un reparto de la sociedad al 50%"en un modelo de gobernanza de co-control". La participación del Grupo Telefónica se distribuye a partes iguales entre Telefónica Brasil (Vivo) y Telefónica Infra.
Posteriormente, se cerró en Colombia un acuerdo casi calcado al de Chile. El acuerdo establece que la nueva sociedad será participada en el 60% por KKR y en el 40% por Telefónica Colombia. La nueva sociedad se valora en 400 millones de euros y Telefónica Colombia recibirá un pago de unos 150 millones.
El objetivo de dicha sociedad será llevar las ventajas de la fibra óptica a cerca de
90 ciudades del país en los próximos tres años, con una red que cubrirá 4,3 millones de Unidades Inmobiliarias Pasadas (UIPs).
Finalmente,
Telefónica Perú anunció la creación de PangeaCo S.A.C., filial que será un vehículo que permitirá expandir la fibra óptica en todo el país. En este caso, de momento solo participada por Telefónica, pero se buscan acuerdos para poder ceder parte de su propiedad a un socio externo.
Telefónica ha entendido que sus filiales en Latinoamérica son activos importantes que pueden ser rentabilizados en el medio plazo si es que se comparte el riesgo con socios externos.
Ingresos en Latam
La idea de las InfraCo es similar a lo que se hace en todo el mundo: poner las redes en manos de compañías que sepan gestionarlas y puedan ser un operador neutro que lidere el desarrollo de infraestructuras en Latam, donde está todo por hacer.
De esta manera, quedan aparcadas otras fórmulas de monetización de estos activos. Los negocios de Telefónica en el continente han estado históricamente afectados por una endémica depreciación de sus monedas y afectados por recurrentes deterioros en activos lastrados por la inestabilidad política y económica del continente.
Según los últimos resultados de la operadora, Telefónica Hispam ingresó 3.945 millones de euros en los primeros seis meses del año, lo que supone el 19,4% de su facturación global.
El problema es que los negocios en estos países solo representan el 4,5% de su Oibda (medida equivalente de la compañía para Ebitda), lo que demuestra que pese a sus ingresos son mucho menos rentables que los mercados estratégicos: España representa el 33%, Brasil el 21%, Alemania el 17%, Reino Unido el 16%.