Telefónica sondea a Sky y otros socios para asaltar el 'trono' de la fibra de BT
La operadora abrirá el accionariado de su red de fibra conjunta con Virgin a socios con los que acelerar una inversión de varios miles de millones de euros.
Implicarlo en la inversión y, por tanto, reducir su dependencia hacia la fibra óptica del ex monopolio British Telecom (BT). Este es uno de los argumentos que tiene Telefónica para tratar de convencer al gigante Sky de convertirse en su socio industrial preferente en el costoso despliegue de las redes de fibra en el mercado británico que implicará una enorme inversión económica. La operadora española ha sondeado a la compañía propiedad de la estadounidense Comcast como alternativa a la entrada de un compañero de viaje financiero, como ha utilizado en acuerdos similares en Alemania, con Allianz, o en Latinoamérica, con KKR o CDPQ.
Todas las operadoras tienen un enorme reto: acelerar las inversiones de fibra, no sólo clave para mejorar los servicios de conectividad de sus clientes, sino para servir como 'carretera' para las futuras redes ultrarrápidas 5G. España parte de una posición privilegiada, donde la penetración de esta tecnología frente a ADSL antigua o cable es muy alta. Sin embargo, otros mercados como el británico o los latinoamericanos están muy lejos de esa cifra. En este contexto, el Gobierno de Boris Johnson ha exigido que se aceleren todos los pasos y los rivales de Telefónica han movido ficha. El caso más claro es el de British Telecom (BT) en Reino Unido. El pasado mes de mayo el antiguo monopolio aceleró sus planes de despliegue prometiendo que llegará a 25 millones de hogares en 2026 (cinco millones más de lo previsto inicialmente).
Ante este movimiento, la joint venture de Telefónica con Virgin Media no quiere perder pie. El pasado mes de julio anunció que actualizará toda su red, que hoy da servicio a 15,5 millones de clientes, para convertirla a fibra óptica en el año 2028. ¿El coste? 100 libras esterlinas por cada uno de los hogares, es decir 1.500 millones en total. A esto hay que sumar el despliegue de nuevas redes, lo que elevará aún más la inversión. Las dos operadoras abren la puerta estas semanas de negociaciones a que haya un socio industrial que respalde en parte todos estos desembolsos y se convierta también en beneficiario de estas conexiones fijas rápidas. Fuentes oficiales de Vmed O2 no hacen comentarios.
De esta forma se han mantenido conversaciones con Sky y con otras compañías del sector para sondear su posibilidad. El operador de televisión de pago estudia invertir en un nuevo vehículo con el que se gestione la red de fibra. Esto tendría una doble ventaja para la operadora española: conseguiría alguien que respaldara parte del esfuerzo económico y, además, lo reclutaría como potencial cliente mayorista de esa red de fibra. Hoy esta firma, en manos de Comcast, tiene un contrato muy importante por el que alquila la fibra a BT.
¿Consecuencia? Esta última llegó a caer más de un 8% en bolsa durante la jornada de ayer ante el temor de los inversores de que ese 'trono' de la fibra sea amenazado por la hispano-británica y de que ese jugoso contrato se vea seriamente mermado.
La 'joint venture' hispano-británica necesita exprimir las sinergias de la fusión a través de la integración de sus redes y de la explotación de la complementariedad de sus redes: Virgin es el proveedor con mayor red fija de Reino Unido, mientras que O2, lo es en el móvil. Su objetivo es asaltar el trono de BT con una oferta más agresiva en precio, reduciendo así los costes de inversión, en parte abriendo la infraestructura a otro inversor. Pese a que hay conversaciones con el proveedor de televisión de pago, que fue avanzadas por la prensa británica, no se cierra la puerta a la entrada de un socio financiero puro, con una estructura similar a la que se ha vivido en otros mercados como el alemán o el chileno.
La 'fiebre del oro'
En el caso de la filial germana,
se creó un vehículo específico donde
Allianz y Telefónica se repartían el 50%, con inversiones de hasta 5.000 milllones de euros para desplegar redes locales de fibra óptica en zonas rurales y semirrurales de Alemania con baja cobertura y donde ofrecerá acceso mayorista.
En Chile se vendió el 60% de una nueva filial donde se alojaron los activos existentes en fibra de la teleco española. El comprador: el fondo
KKR, que pagó 400 millones de euros. Por último, en Brasil repitió la operación con el canadiense
CDPQ. ¿Y en España? Pese a que han reconocido en varias ocasiones que existe una "gran opcionalidad", han cerrado la puerta, al menos por ahora, a abrir su 'joya de la corona' a un socio externo.
En esta particular 'fiebre' de las infraestructuras, el de de BT no ha sido el único movimiento defensivo en el caso del mercado británico. En un mercado de fibra aún por construir, el capital se mueve para tratar de sacar tajada lo máximo posible. Los proveedores de banda ancha más pequeños del país también están sumando capital de fondos internacionales para ganar terreno sobre todo en áreas rurales o más desatendidas. El fondo de Abu Dabi Mubadala, accionista de referencia de Cepsa y socio también de compañías españolas como Glovo, puso sobre la mesa 1.130 millones de libras esterlinas para CityFibre Infraestructure, en cuyo accionariado está Goldman Sachs. Es el último movimiento. Otras gestores especializadas como Macquarie, Oaktree Capital o Warburg Pincus también han invertido en el sector. La 'edad del oro' del sector ha arrancado y Telefónica trata de mover las fichas lo más rápido posible para no quedarse atrás.