No, me da la impresión de que el origen de este debate sobre los dividendos está en mis comentarios, y lo que yo he dicho en mis comentarios es que, a la hora de evaluar la situación de telefónica, no podemos pasar por alto el sector al que pertenece, y dentro de ese sector, no podemos pasar por alto el tipo de empresa que es telefónica (uno de los antiguos monopolios).
En ese contexto, dije que muchas de las supuestas malas inversiones realizadas por telefónica (que ciertamente fueron malas en el momento de realizarse) han sido, paradójicamente, las que le han permitido sobrevivir, a modo de poison pills antiopas, porque la inflaron tanto que impidieron que fuera absorbida por otra en la batalla de opas que tuvo lugar a principios de los años 2000. No digo que fuera algo hecho a propósito, digo que, a veces, un aparente error es lo que permite sobrevivir años después. Sin esos errores, es muy probable que telefónica estuviese en el panteón de los antiguos monopolios junto a bt, telecom italia/olivetti, mannesmann, sonera... la lista es larga.
Además, añadí, en el caso de telefónica hay que tener en cuenta que la normativa antimonopolios del sector hace que las inversiones que lleve a cabo sean aprovechadas por toda suerte de pequeños operadores a los que tiene que ofrecer condiciones tan ventajosas que hacen que, en la práctica no pueda competir en precio... ni en nada, porque si consigue contenidos exclusivos, tiene que compartirlos con otros grandes operadores, no vaya a ser que tenga ventajas monopolistas. En esencia, castigan a la empresa por haber sido un monopolio en el pasado, y le impiden cualquier tipo de ventaja monopolista en el presente.
En esa tesitura, y dado que no es previsible que vaya a haber opas en el corto plazo, y que ahora que estoy adentro no me gustaría que la empresa se librase de una opa mediante una poison pill que envenenaría mi inversión, que con el historial de desaciertos en las adquisiciones de telefónica, es más que probable que cualquier adquisición generase minusvalías, en vez de plusvalías, y que cualquier inversión realizada va a rentar tanto o más a los competidores que a la propia telefónica, dije que prefiero que el dinero de los dividendos esté en mi bolsillo, en vez de al alcance de la directiva.
Ese era un principio poco controvertido de la inversión: si una empresa no puede dar un destino rentable a sus activos, lo mejor que puede hacer es devolvérselos a sus accionistas.
Ese es el origen del debate sobre los dividendos, y eso es lo que generó el alud de comentarios como que los inversores por dividendos son poco sofisticados, anticuados, desinformados que siguen creyendo que hay ventajas fiscales (lo cierto es que en el País Vasco las sigue habiendo, aunque sean escasas y no sean el motivo de optar por este tipo de inversión) y, la que más me desconcertó, que no hay ninguna diferencia entre que una cantidad de dinero esté en mi cuenta o en la cuenta de la empresa de la que soy accionista.
Y por acabar de aclarar la cuestión, mis comentarios tuvieron su origen, a su vez, en las reiteradas críticas a telefónica, sus equivocaciones, su ignorancia al mantener los dividendos y la conveniencia de no acercarse a la empresa ni con un palo de 2 metros. Mi única intención fue tratar de aportar un poco de contexto para tener en cuenta las circunstancias históricas y sectoriales en esas críticas y para tratar de aprovechar ese contexto y esas críticas en un diálogo sobre el posible futuro del sector de las telecomunicaciones, y el lugar que telefónica puede ocupar en ese futuro.
Pero se ve que en este hilo prima más el interés por denostar el dividendo y a los inversores a largo plazo.