Resulta muy complicado realizar comentarios cuando la decepción se expande sin, de momento, atisbar dique que la contenga.
Obviamente, al calor de una licitación se han venido posicionando muchos inversores que ahora sólo verán catástrofe, una vez materializada la cruda realidad. No nos han adjudicado ni un sólo televisor y ello resulta duro, cuando se han depositado la mayoría de los huevos en el cesto de la contratación pública. NPG debería de entonar el “mea culpa”, en la misma proporción que los que ahora, al calor del “pelotazo”, se quejan amargamente de una inversión fallida. La empresa parece haber centrado la mayoría de sus objetivos en la consecución de un hito que a día de hoy, (a toro pasado y visto con el retrovisor el bochornoso espectáculo de los diferimientos), se observa harto difícil.
Varias reflexiones dirigidas a poner las cosas en su sitio:
Respecto a la licitación. Entiendo que en esta ocasión, NPG se ha situado en la línea de cumplir con los requisitos. El resto, ya lo sabemos. 4 mamoneos de diferimientos y resolución del fallo cuando “a los que realmente manejan el cotarro” les ha convenido el reparto. A salvo de gratuitas expectativas de alcanzar una fructífera licitación, (si os fijáis, con una progresiva disminución de la euforia. Nada que ver con la licitación de septiembre), ¿Cuáles son las explicaciones que puede ofrecer la empresa sobre la licitación?, pues realmente pocas. La licitación es un procedimiento administrativo, cuya finalidad consiste en seleccionar a la empresa que será la adjudicataria del ente gubernamental convocante. NPG ha presentado su propuesta, mediante convocatoria pública y pliego de condiciones. Ha pasado el primer corte y, la convocante, bajo los principios jurídicos de legalidad, oficiosidad, publicidad, igualdad, y competencia y/o concurrencia, economía, eficiencia, eficacia, honradez, y demás principios aplicables, “JA, JA, JA”, ha resuelto. Pasa que sobre aquella letra pequeña “rotulada negro sobre negro”, algunos creían/creíamos que NPG tenía la suficiente influencia para posicionarse en el podio y la cruda realidad nos ha puesto en su sitio. La vía rápida y del pelotazo a corto, hay que darla por olvidada.
En relación a la información financiera, “cuentas anuales”. Pues aquí sí se puede aseverar de forma rotunda que su retraso es imputable 100% a la empresa. Obviamente, en atención a los hechos consumados, los resultados han de ser muy negativos. Mi opinión: informar de ellos lo antes posible y dejar que el soberano mercado lleve al valor a su sitio. En cualquier caso, antes de que ello suceda, es muy probable que la cotización de la compañía quede suspendida desde los inicios de la sesión de mañana.
Sobre el futuro de NPG. De primeras, diré que sigo invertido. Se trata de un porcentaje de mis ahorros cuya pérdida no me quitará el sueño, eso sí, me joderá claro está. Ahora bien, como quiera que uno de los principios para invertir en renta variable radica en destinar aquel capital que no se vaya a necesitar en un prudente periodo de tiempo, pues, de mi parte, no habrá botón de venta. Ya está quitado del PC.
La cansina transición hacia una fallida licitación, debería de servir para enfocar la verdadera luz y camino de NPG: asumir una escrupulosa realidad, gestionar la experiencia pasada, catalizar fuerzas en su verdadero nicho de negocios y proyectar un futuro tan prudente como real, lejos de cualquier euforia y entusiasmo que no se haya antes cimentado sobre hechos consumados. Hay un verdadero mercado de televisores en LATAM. Responsables de NPG, vayan de puerta en puerta, hablen con distribuidores y añadan valor a su producto potenciando su marca. La marca "Mover a méxico", sólo acarrearía enquistarnos en autocomplacencias. Olvídense de licitaciones y, si llegada otra convocatoria quieren ofertar, háganlo, pero sin obviar su verdadero ADN….