Qué interesante ver cómo en 2019, cuando el gobierno español ignoraba lo del COVID, los Hidalgo ya querían sacarse de encima Air Europa, y se la acabaron endosando al estado... y por ende a todos los contribuyentes, a todos los que pagamos impuestos en España.
Apadrina un Rico:
El 52% de los ingresos de Globalia procede del negocio aéreo | Compañías | Cinco Días (elpais.com)
Las agencias de viajes son el otro negocio rentable, con un 29% de la facturación
Juan José Hidalgo, presidente de Globalia PABLO MONGE
Los elevados costes asumidos por los contratos de leasing de las aeronaves de Air Europa fueron solo una de las razones que llevaron a Globalia a negociar su venta a IAG a finales de 2019. Ya en aquella época, los directivos del grupo fundado por Juan José Hidalgo eran conscientes de que era el único activo, junto a las agencias de viajes, con el que podían obtener liquidez ante una crisis que se agravaría con la llegada del coronavirus en marzo de 2020.
Las últimas cifras previas a la pandemia mostraban que de los 3.850 millllones de euros facturados por Globalia, 2.022 (un 52%) procedieron del negocio aéreo. Al pacto de compra por parte de IAG por 1.000 millones de euros en diciembre de 2019, le siguió el rescate de Air Europa por 475 millones de euros, la posterior rebaja de la valoración hasta los 500 millones y finalmente la ruptura del acuerdo ante el cambio de condiciones.
En este contexto, la alternativa para obtener liquidez o negocio son las agencias de viajes, que también recibieron 320 milones de euros de la SEPI ante su falta de negocio.
La fusión de las agencias de Globalia con las de Barceló (Avoris) provocó la creación de una nueva firma en la que Globalia no tiene control, ya que solo posee el 49% de las acciones. A la falta de control se une l
a ausencia de negocio, que llevó a la compañía a aprobar en septiembre un ERTE para 9.000 empleados, entre los que se incluían aerolíneas, agencias de viajes, handling y hoteles. El otro gran problema es la excesiva concentración del negocio en España, que supone el 62% de la facturación, exponiendo a la firma a un desplome como el que ha sufrido si la demanda nacional escasea.