Re: Grupo San Jose (GSJ) - Entrevista a Antonio Bejar, presidente de DCN (Distrito Castellana Norte)
Antonio Béjar, presidente de DCN, Distrito Castellana Norte
"Madrid Nuevo Norte debe ser un proyecto de estado"
31/01/2019 14:08h
Después de 25 años de espera, con permiso de la autoridad y si el tiempo político no lo impide, el sol saldrá en el mayor proyecto urbanístico de Europa. Madrid Nuevo Norte inicia la cuenta atrás para situar a la capital de España entre las mejores ciudades para vivir y hacer negocios del mundo
La mayor parte de la humanidad vivirá en ciudades en 2050. Si un siglo antes de ese año frontera para casi todo (cambio climático, energías limpias, movilidad, envejecimiento, tecnología...) la población urbana era de 751 millones de personas, el año que acaba de terminar sumaba ya 4.200 millones. Un cambio vital que se acelerará en los próximos años. Según Naciones Unidas, en solo tres décadas más de las dos terceras partes de la población mundial habitará en urbes. Para 2030, los expertos prevén que habrá 43 ciudades de más de 10 millones de habitantes.
Los urbanitas dominarán la Tierra y las metrópolis intensificarán su pulso por liderar los espacios económicos globales. Competitividad, comunicaciones, movilidad, sostenibilidad y eficiencia energética serán las principales armas que esgrimirán unas ciudades frente a otras para atraer a empresas e inversores de todo el mundo. Una carrera en la que Madrid puede tener mucho que decir si es capaz de convertir definitivamente la enorme herida que parte en dos el norte de la ciudad en una oportunidad para pelear por el liderazgo urbano europeo.
El Ayuntamiento de Madrid aprobó en el último tramo del año pasado la modificación inicial del Plan General de Ordenación Urbana que desarrolla el proyecto Madrid Nuevo Norte, el nombre con el que se ha rebautizado la antigua Operación Chamartín, el mayor proyecto de transformación y regeneración urbana de Europa, que ha necesitado 25 años para salir del túnel. "Todos los grandes desarrollos urbanos suelen tener periodos de gestación largos, porque hay que conciliar muchos intereses y voluntades distintas. Pero ahora es el momento adecuado para que Madrid despegue, gracias al consenso alcanzado entre todas las partes sobre qué proyecto necesita la ciudad y cómo llevarlo a cabo", declaraba Richard Rogers a El Mundo en una de sus últimas visitas a la capital de España. El octogenario arquitecto británico nacido en Florencia es el artífice de un modelo de desarrollo público-privado que necesitará al menos 20 años para poner el cartel de "concluido" y que lidera la promotora Distrito Castellana Norte (DCN), participada por BBVA y el Grupo San José.
"Por primera vez en estos años hay consenso político y transversalidad social. Hemos conseguido nuestro objetivo más importante, que era poner de acuerdo a los cuatro grandes partidos para que apoyen el proyecto, aunque lógicamente queda mucho trabajo administrativo por hacer. La Comunidad de Madrid debe ratificar la aprobación provisional del Ayuntamiento, que es algo que se producirá previsiblemente este mes de enero o en febrero. No esperamos ningún acontecimiento negativo al respecto", afirma Antonio Béjar, presidente de DCN. Un momento en que se tendrán que aprobar los planes de reparcelación de los 2,3 millones de metros cuadrados que tiene el proyecto y constituir las juntas de compensación. Si todos los trámites siguen su curso, las primeras grúas podrían empezar a asomar durante la primavera del año que viene.
El proyecto necesitará una inversión mínima en infraestructuras de 1.700 millones de euros, de los que la inmensa mayoría, 1.187 millones, tendrán que asumirlos los propietarios de los terrenos sobre los que se levantará la megaoperación urbanística. "DCN pondrá 220 millones adicionales para el metro y para costear la renovación que llevará a cabo el Canal de Isabel II de las tuberías que traen el agua potable al norte de la ciudad".
Madrid Nuevo Norte incluirá tres nuevas estaciones de metro, una de cercanías, una línea de autobús prioritario, intercambiadores de transporte, 40 hectáreas de zonas verdes, un gran complejo cultural, seis nuevos colegios, dos centros de salud y seis polideportivos. También conectará los barrios colindantes a través de tres puentes, una pasarela peatonal, un túnel y el cubrimiento de buena parte de las vías de tren, al sur de la M30. "Todas las soluciones de comunicación y las nuevas dotaciones están siendo bien aceptadas por los vecinos, con los que trabajamos muy estrechamente desde hace varios años", asegura Béjar. La prolongación de la Castellana hacia el norte se hará en realidad a través de la calle Agustín de Foxá, que tendrá casi un kilómetro de túnel bajo la vía, esencial para la Estación de Chamartín y que no estaba previsto antes.
Si con el plan de 2014 se iban a construir 18.000 viviendas, Madrid Nuevo Norte tendrá ahora 10.500, el 20% de ellas protegidas. Para el presidente de DCN, "más que una disminución del proyecto, lo que ha habido es una reconfiguración de usos. Se harán menos viviendas, pero a la vez habrá más oficinas. Se levantará un gran centro de negocios alrededor de la nueva estación, que ahora se acometerá desde el principio y de una manera bastante rápida, y que reconfigurará el tráfico ferroviario de toda España. Será un complejo con un intercambiador intermodal, dos estaciones de tren, una de cercanías y otra para la alta velocidad, conectadas con Atocha por un túnel que está a punto de inaugurarse".
Fomento ha iniciado el proceso de información y audiencia pública del estudio del nuevo complejo ferroviario, para el que se ha fijado una valoración de 809 millones de euros. Junto a la nueva estación, la otra gran transformación del nuevo Madrid es la creación de un Centro de Actividad Económica que ocupará una superficie de un millón de metros cuadrados. Será la versión madrileña del Canary Wharf londinese o La Défense de París, aunque, según Béjar, no tendrá nada que ver con aquellos "por el diseño urbano y la mezcla de usos que habrá aquí. Ambos proyectos no funcionan y están superados al haberles dado un uso exclusivo de oficinas y estar relativamente alejados del centro de la ciudad y por eso se están acometiendo reformas para darles usos mixtos".
Según Béjar, una diferencia fundamental de Madrid Nuevo Norte con París o Londres es que la gente podrá vivir muy cerca de su trabajo. "La densidad y también las comunicaciones serán claves. El centro de negocios formará parte del mayor hub de transporte de España y uno de los principales de Europa. El metro te conectará con la ciudad, la red de cercanías lo hará con el área metropolitana y el tren de alta velocidad permitirá estar a tres horas como mucho de cualquier zona de España el día que el AVE esté totalmente desarrollado. Además, estamos a 10 minutos del aeropuerto de Barajas, un activo que no tiene ninguna otra ciudad europea".
El Centro de Actividad Económica servirá para impulsar la conexión internacional de Madrid y potenciar el empleo de calidad. Se construirá un conjunto de edificios de oficinas de última generación con el objetivo de atraer a las mejores empresas y generar grandes oportunidades de negocio. El 80% de los desplazamientos hacia y desde esta nueva área se hará en transporte público. El 20% restante será en vehículos particulares, a los que no se va a dejar demasiado espacio siguiendo con la nueva filosofía que impera en la capital y en las principales ciudades europeas. El presidente de DCN opina que "la viabilidad de las grandes aglomeraciones urbanas a largo plazo tiene una correlación directa con la movilidad. Las ciudades mal planificadas generan graves problemas a los ciudadanos, porque nadie quiere tardar dos horas en ir de casa a la oficina o a sus lugares de ocio, ni tampoco gastar un dineral en combustible. No hay duda de que, a largo plazo, las ciudades se basarán en la densidad, el transporte público y el coche compartido, en las distancias cortas y el ahorro de tiempo y recursos. Es el modelo más sostenible desde el punto de vista medioambiental y el más eficiente económicamente, con menores costes para las administraciones y los ciudadanos".
Un concepto moderno que en realidad es antiguo, porque se trata del barrio de toda la vida, como reconoce y defiende Béjar. "No haremos los diseños extensivos, con grandes y costosas avenidas y las urbanizaciones aisladas con piscina que tienen barrios como Sanchinarro o Las Tablas, sino que buscamos más replicar el barrio de Chamberí o el de Salamanca. Apostamos por un modelo urbano denso, cercano, con vías razonablemente estrechas, muchos locales y bajos comerciales, y con mucha vida en las calles. Experiencias anteriores como los PAU no han sido buenas. No son el tipo de ciudad a la que los madrileños están acostumbrados. Aquí nos gusta vivir en barrios como los que ya tenemos en el centro. Es nuestro carácter y la razón por la que a la gente de fuera le gusta venir".
El nuevo distrito financiero cambiará también el skyline de Madrid, acostumbrado ahora a las cuatro torres (más la quinta que ya se está construyendo), con numerosos edificios de oficinas de diferentes alturas y tres nuevas torres, dos con una altura similar a las actuales y otra bastante más alta que se convertirá en el techo de España y en uno de los mayores de Europa. "Madrid tendrá una herramienta muy importante para poder atraer a más y mejores empresas de sectores que te permitan ganar en competitividad", afirma Béjar, que reconoce que, aunque todavía es muy pronto, ya ha habido conversaciones preliminares con algún gigante tecnológico. "Preferimos ser discretos porque los procesos administrativos son lentos. Esperamos poder captar empresas de ese tipo, pero Madrid tiene también una gran oportunidad con Latinoamérica. ¡Qué mejor sitio para que instalen sus empresas en su desembarco europeo, cuando compartimos lengua, cultura y muchos negocios de ida y vuelta!".
Este ejecutivo, que procede del BBVA, donde fue responsable de riesgos en España y Portugal y director general del área inmobiliaria del banco, destaca que "España tiene unas condiciones envidiables para atraer talento, personas y empresas de fuera, pero tenemos que creérnoslo y tomar la iniciativa". Para conseguirlo, cree que "no basta solo con disponer de un buen entorno para hacer negocios, sino que hay que acompañarlo de medidas fiscales y también de una mejora del marco administrativo y jurídico".
El proyecto es una "operación estructural y estratégica que tendrá un gran impacto sobre el empleo y sobre el valor añadido madrileño", explican los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Antonio Pulido y Julián Pérez, autores de un informe sobre los efectos de la prolongación de la Castellana sobre el empleo. El estudio, recogido en la documentación de la tramitación del proyecto, revela que la actuación generará 248.598 empleos, de los que 118.000 se crearán durante su desarrollo, y otros 130.598 una vez que se termine gracias a las actividades que surjan en la zona.
Este informe, que se hizo sobre el anterior proyecto, calcula una inversión total próxima a los 6.050 millones de euros, casi el 0,6% del PIB español, aumentará la producción nacional en 14.000 millones y generará nuevas rentas por valor de 5.400 millones. El 78% de esta riqueza se quedará en Madrid y los ingresos fiscales que percibirán las administraciones públicas ascenderán a 3.340 millones, según datos de la consultora PWC. Estos cálculos, con pequeños ajustes, siguen siendo válidos para Madrid Nuevo Norte, ya que las cifras de inversión no variarán sustancialmente.
El presidente de DCN se defiende de los que ven pelotazos inmobiliarios en las cuatro esquinas del proyecto: "Al estar promovido por la actividad privada requiere una rentabilidad mínima, sin la cual no entraría ningún inversor. Yo diría que es la adecuada al riesgo que supone una operación muy compleja y con incertidumbres relevantes, como el tiempo transcurrido, el entorno político y judicial, o el marco legal y competencial", comenta y deja claro que "el inmobiliario es un sector intervenido donde los agentes privados poco pueden hacer que no sea proponer y esperar las autorizaciones. A cambio, en el lado positivo, además de la excelente ubicación de la zona, hay que tener en cuenta que Madrid es la ciudad que mejor resiste las crisis en España. Es el mercado inmobiliario que menos cae y el que antes sale a flote".
Béjar está convencido de que "este desarrollo será muy bueno para Madrid, pero también para España. Debe ser un proyecto de Estado, aunque parece que siempre puede surgir alguna cuestión que lo frene". El último susto viene del TSJ de Madrid, que acaba de admitir a trámite un recurso de Ecologistas en Acción y la asociación vecinal Fravm contra la aprobación inicial del Ayuntamiento de Manuela Carmena, aunque el mismo consistorio le ha restado importancia, asegurando que no retrasará la tramitación.
Arquitectos de renombre de todo el mundo van a participar tanto en la parte privada como en la pública. "Hay un gran interés", dice Béjar, al que para terminar le pregunto sobre cómo cree que será Madrid en 2040. "Espero que sea como ahora, pero que resulte más fácil ir de un lugar a otro. Que sea aún más competitiva, vibrante, que siga manteniendo el liderazgo económico y social en España, y que conserve el carácter que la hace especial". Pongamos que hablo de Madrid...