La última Junta General de accionistas de hace algunas semanas dejaron también aprobada otra perla. Se trata de la adaptación de los estatutos de la compañía a la Ley 5/2021, de 12 de abril, que modifica la Ley de Sociedades de Capital. Entre dicha adaptación está lo siguiente:
Artículo 28. Derecho a conocer la identidad de los accionistas
1. La Sociedad tendrá derecho a obtener en cualquier momento de las entidades que lleven los registros de los valores los datos correspondientes de los accionistas, incluidos las direcciones y medios de contacto de que dispongan. En el supuesto de que la entidad o persona legitimada como accionista en virtud del registro contable de las acciones sea una entidad intermediaria que custodia dichas acciones por cuenta de beneficiarios últimos o de otra entidad intermediaria, el derecho a conocer la identidad de los accionistas regulados en el párrafo anterior comprenderá también el derecho a conocer la identidad de dichos beneficiarios últimos. A estos efectos, se considera beneficiario último a la persona por cuenta de quien actúe la entidad intermediaria legitimada como accionista en virtud del registro contable, directamente o a través de una cadena de intermediarios.
2. El mismo derecho tendrán las asociaciones de accionistas que se hubieran constituido en la sociedad emisora y que representen al menos el uno por ciento del capital social, así como los accionistas que tengan individual o conjuntamente una participación de, al menos, el tres por ciento del capital social, exclusivamente a efectos de facilitar su comunicación con los accionistas para el ejercicio de sus derechos y la mejor defensa de sus intereses comunes.
3. En el supuesto de utilización abusiva o perjudicial de la información solicitada, la asociación o socio será responsable de los daños y perjuicios causados.
4. El ejercicio del derecho a los datos conforme a los dos apartados anteriores se realizará conforme a los aspectos técnicos y formales necesarios que se determinen reglamentariamente.
En plata, que la compañía va a tener información de primera mano, y en el momento que desee, sobre la identidad de cualquiera accionista y el número de acciones que controla, no solo los que aparezcan a través de iberclear (depositarias), sino también los últimos beneficiarios reales, con nombres y apellidos. En definitiva, que por fin va a tener una idea muy clara de quién compone el teórico free-float del 32,74% que cotiza libremente en el mercado
Y aunque el texto legal contempla ese mismo derecho a las asociaciones de accionistas y a otros accionistas con cierta relevancia (a los mindunguis minoristas que nos den), no parece, según se desprende del punto 4, de redacción muy ambigua por cierto “aspectos técnicos y formales necesarios que se determinen reglamentariamente” que la empresa vaya a colaborar fácilmente con ello.
Si desde que el máximo accionista recuperó el control de la compañía a finales de octubre del 2019, amputando el 14,45% de DCN, su única estrategia hubiera sido dificultar la salida a cualquier grupo inversor que sirviéndose del paquete accionarial del préstamo participativo hubiera querido cuestionar a la familia Rey el control de la compañía, con esta oportunidad que brinda ahora la legislación vigente, GSJ (bueno, Jacinto y familia) podrán conocer de primera mano si los “insurgentes” siguen o no todavía de forma significativa en el accionariado. Esto podría explicar las prisas en adecuar los estatutos a la reciente reforma legislativa, si este hubiera sido el caso, claro está.
Desconozco si esto último ha podido tener algo que ver, pero lo cierto que de un tiempo a esta parte empiezan a verse algunos tímidos “ticks” comunicativos, me refiero a la contratación del Banco de Sabadell para el seguimiento de la acción y la publicación de su informe de valoración, algunos artículos específicos en prensa que tratan de recoger el valor oculto de sus activos, o el tímido intento de empezar a crear autocartera, que a lo sumo, y en contadas sesiones, como he explicado antes, supondrá una presión compradora de un puñado de miles de acciones, acciones que irán a acabar a manos del diligente consejo que tanto éxito está teniendo en crear valor para sus accionistas. Pero bueno, tenemos que reconocer cierto cambio de actitud que sigue siendo claramente insuficiente, porque la acción sigue transitando por un páramo, invisible al mercado y sin generar el más mínimo interés, no hay más que ver los volúmenes de contratación.
La obra de un aeropuerto que se rescinde, el contrato de una carretera en Perú que queda en suspenso, la crisis en Argentina, una pandemia, una guerra, la inflación… cualquier motivo parece excusa suficiente para un desplome, aunque al final las cuentas de la compañía acaben mostrando siempre una gran fortaleza, sin que haya signos evidentes de destrucción de valor, ni en la cuenta de resultados, ni en el balance ni en la generación de caja, todo parece funcionar en la mayoría de las ocasiones como un reloj, como atestigua el propio informe de valoración del Banco de Sabadell.
Y como bien dices, me temo que ante estas circunstancias no debe resultar fácil volver a ganar el favor de la comunidad inversora, sobre todo cuando se ha maltratado la acción durante tanto tiempo, y volver a levantar el vuelo se me antoja una tarea hercúlea: Primero, porque cada vez es más difícil atraer a nuevos accionistas, y prácticamente imposible la entrada de institucionales, por el escaso volumen, y segundo, porque cada vez es más complicado fidelizar a los actuales para que no salgan por patas cuando se produce algún pequeño repunte. Y no solo hablo de los minoristas. Villalonga o las hermanas Sánchez Avalos, por poner un ejemplo, se han desprendido recientemente de acciones, y tengo la sensación de que no han liquidado su posición de forma más agresiva porque no hay mercado para ello, no porque no quieran. E impagable por cierto lo del consejo de administración, ninguno de ellos ha incrementado posiciones en la compañía durante todo su recorrido en bolsa, ni un solo euro. Menudo compromiso. A ver si regalándoselas al menos las mantienen.
Con esta perspectiva y actitudes, que GSJ sea capaz de crear valor para sus accionistas me parece más un ejercicio ciencia ficción que otra cosa. La duda que tengo es si porque no quieren, o simple y llanamente, es que no saben.