Para España no va a existir ninguna solución fácil. Esto no es Alemania. Aquí no va a haber gran pacto PP - PSOE, excluyendo a nacionalistas, populistas y disidentes. Sólo existe el juego político, y el anotarse el tanto, el seguir en el sillón y disfrutar de las prebendas.
No se ha visto, por cierto, ningún gesto por parte de los políticos, de solidaridad con el resto de la ciudadanía. No han renunciado a nada. No van ni presencialmente al trabajo, y se supone que la actividad del congreso y el senado es esencial. Si no es esencial el Congreso, qué lo es entonces?
Una cajera va presencialmente al trabajo y un diputado no.
Para rematar la faena, y esto tiene un impacto claro en las cuentas públicas, el déficit y la deuda pública, Pablo Iglesias sólo piensa en salir en la foto, y en soltar el disparate más grande: la renta mínima para todos.
Si el PP y VOX le aprueban al gobierno una renta mínima en la situación tan delicada en la que se encuentra el país, se acabó la oposición, demostrarán no tener criterio y carecer de firmeza. Una cosa es apoyar al gobierno y otra cosa tragar con lo que sea, a cualquier precio, sobre todo cuando el precio lo pagan otros: los sufridos contribuyentes españoles.