Las crisis en España siempre repercuten igual en el mercado de trabajo y de la vivienda.
El paro entre los jóvenes se dispara. Los que quisieron emanciparse a la tierna edad de 30 años dejan de compartir piso y vuelven a casa de los padres y dejan ese ensayo de la independencia para otro momento más propicio.
Los inmigrantes ilegales que cada vez que gobierna el PP se cuelan por millones para trabajar en B en el ladrillo y demás chapucillas relacionadas con el tocho se vuelven a su país o se hacinan en vez de 15 en un piso, 30 en un piso.
Resultado: bajada de alquileres. Bajada del precio de la vivienda. Bajada del consumo, porque aquellos que ganan poco y no tienen posibilidad de ahorrar, lo poco que les queda a fin de mes se lo funden..