2021, el año de la avalancha de quiebras empresariales
«La moratoria concursal vigente hasta el 31 de diciembre de este año y las limitaciones de la actividad judicial durante el estado de alarma han producido una disminución concursal, que es un reflejo irreal sobre la salud de nuestro tejido empresarial». Aviso a navegantes del presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, para los que tiran de optimismo sobre la disminución estadística durante los últimos meses de las insolvencias y los concursos de acreedores. Según los economistas, son solo fruto de la «paralización de los procesos judiciales y de las restricciones económicas y sociales» sufridas tanto por la población como por las empresas, no debido a una mejoría ostensible de las condiciones empresariales y económicas.
Las previsiones para 2020 puestas sobre la mesa por los economistas presentan, hasta junio de este año, descensos en el número de concursos –un 28,7% menos en empresas y un 36,6% menos para el caso de concursos de personas físicas–. Pero avisan de que, a partir de ahora, se va a producir una «avalancha» de procesos concursales.
En términos globales y a nivel mundial se prevé que el índice de insolvencia para 2021 sea del 35%, siendo España, con un incremento en torno al 40%, uno de los países con un porcentaje más alto y ocupará el octavo puesto mundial. «Ahora más que nunca, acudir a mecanismos de refinanciación y reestructuración, así como de mediación y segunda oportunidad, resulta clave para la preservación de nuestro panorama productivo y para minimizar los efectos de la descompresión concursal tras la moratoria», defiende Pich, antes de advertir que «el punto de inflexión de las insolvencias en 2020 por las derivaciones económicas de la pandemia hace prever que las estadísticas concursales de este año y también de 2021 presentarán grandes diferencias al alza respecto de la evolución que han venido teniendo los datos hasta ahora».
Destaca también la Refor que autónomos y pymes siguen siendo remisos a utilizar la fórmula concursal para solventar sus insolvencias y optan la mayoría de las veces «por el cierre de sus negocios». Según sus datos, el número de concursos de autónomos, micropymes y pequeñas empresas tuvo un ligero incremento del 2,47% en 2019 respecto de 2018 –de 3.772 en 2018 a 3.865 en 2019–. Pese a su levedad, puede ser un indicador de un cambio de tendencia frente al descenso que se venía produciendo desde 2015 en este tipo de empresas. Diferente evolución mostraron los datos sobre concursos de personas físicas en 2019. Si bien este recurso venía teniendo incrementos interanuales en una horquilla entre el 38% y el 56% de 2015 a 2018, en 2019 solo aumentaron un 3,3% respecto de 2018 –de 2.066 a 2.135–. Según la Refor, este hecho puede deberse a que la segunda oportunidad «no está experimentando el grado de utilización que debiera» en estos colectivos. Para Lorenzo Amor, presidente de la asociación de autónomos ATA, esto tiene una clara explicación. «Porque es costoso y las deudas contraídas provienen de créditos públicos que son de pago obligado. Además, la mayoría son personas físicas y responden de las deudas personalmente con sus bienes presentes y futuros».
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