La firma de hipotecas sobre viviendas agrava su descenso en abril al 18,3% presionada por el alza de tipos
Se constituyeron 27.053 préstamos, la cifra más baja desde diciembre de 2020, con el tipo de interés medio por encima ya del 3%
La
fuerte subida de los tipos de interés presiona al negocio hipotecario. La firma de préstamos sobre viviendas ahondó su descenso en abril al 18,3% respecto al mismo mes del año pasado, hasta un total de 27.053, la cifra más baja desde diciembre de 2020. La caída es mayor que la del
15,7% registrada en marzo y la del 2% de febrero, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados este jueves, que constatan la clara desaceleración del mercado por el encarecimiento de la financiación.
Las operaciones encadenan tres meses de tasas negativas, y los expertos auguran que la tendencia seguirá a la baja, en un contexto de endurecimiento del crédito por parte de las entidades financieras y de la
fuerte escalada del índice euríbor que afecta a la demanda. De hecho, tras las continuas alzas de las tasas rectoras por parte del Banco Central Europeo (BCE) desde julio del año pasado —ya van ocho consecutivas— para intentar contener la inflación, el tipo de interés medio para las hipotecas destinadas a adquirir viviendas se ha encarecido en 1,32 puntos en un año hasta situarse ya por encima del 3%, en concreto en el 3,09%, su valor más alto desde abril de 2017. Hace tan solo tres meses marcaba el 2,65%. El plazo medio de las hipotecas es de 24 años.
Además, ante la apuesta de los bancos por los intereses variables en detrimento de los fijos, los préstamos a tipo variable siguen comiendo terreno y ya suponen el 38,7% del total, el porcentaje más alto de abril de 2021. El 61,3% de los préstamos sobre viviendas se constituyeron a tipo fijo, 14,1 puntos menos que en julio de 2022, cuando se alcanzó un máximo del 75,4%. El precio medio al inicio fue del 2,78% para las hipotecas tipo variable y del 3,29% en el caso de las de tipo fijo.
Javier Torres, jefe de hipotecas de Clikalia Group, explica que “se nota el efecto de restricción del acceso a crédito que van teniendo las subidas de tipos del BCE. Creemos que la situación de acceso a financiación no va a mejorar en este año. La subida de 0,25 puntos de hace solo una semana, y el anuncio de posibles nuevas subidas en julio, hace que las entidades financieras reaccionen ajustado su oferta hipotecaria y cada vez más dejan de apostar por los tipos fijos”. A su juicio, “todo apunta a que la financiación va a estar cada vez más cara y complicada”.
El importe medio de las hipotecas constituidas sobre viviendas bajó un 4,1% interanual en el cuarto mes del año, hasta los 136.945 euros, mientras que el capital prestado disminuyó un 21,6%, hasta los 3.704,7 millones de euros.
En tasa intermensual (abril sobre marzo), los préstamos para casas se hundieron un 25,2%, mientras que el capital prestado retrocedió un 28,2%. En ambos casos son los mayores descensos en un mes de abril en al menos cinco años. En el primer cuatrimestre de 2023, los préstamos hipotecarios para casas se han reducido un 8,4%, con un descenso del capital prestado del 9% y una disminución del capital medio del 0,7%.
La Asociación Española de Consumidores sostiene que el aumento de los tipos ahoga a las familias. “Esto supone un nuevo endurecimiento de las condiciones económicas de los hogares españoles, en tanto que conllevará un elevado pago de las hipotecas a la vez que influirá negativamente en la concesión de nuevos préstamos hipotecarios”, señala.
Marta Pérez Amigot, de la unidad de análisis económico y financiero de Ibercaja, 2023 va a consolidar el cambio de tendencia frente a 2022 hacia niveles inferiores de concesión de hipotecas. A su juicio, “el sistema financiero tiene capacidad para seguir concediendo crédito, pero la coyuntura actual de ralentización de la economía y subida de tipos apuntan a una menor demanda por parte de los hogares”.
La subida de tipos se traduce en que el dinero cuesta más y, por tanto, el BCE aplica un interés mayor que en el pasado a los bancos de la zona del euro que le pidan prestado con el objetivo de dar créditos. Esto provoca inmediatamente que la financiación se encarezca y la demanda de crédito se frene, dado que hay que hacer un esfuerzo mayor para financiarse, algo que ya se está viendo reflejado en las últimas estadísticas del mercado inmobiliario.