Los fondos buitre planean sobre la deuda de Grifols para forzar una reestructuración
La compañía aduce que proyecta repagar su deuda con caja y no necesitará una refinanciación, ante el vencimiento de 2.000 millones en bonos y 900 millones en préstamos en 2025
Álvaro Bayón
15 ene 2024 - 05:15 CETUn nuevo frente se abre para
Grifols. Los bonos cotizados de la compañía se sitúan en el centro de los ataques especulativos de los fondos oportunistas. Al oler problemas, este tipo de fondos se están preparando para lanzarse sobre esta deuda, según indican fuentes financieras. Prevén que
el informe de Gotham City provoque que la compañía aflore más deuda de la reconocida, complique sus planes para refinanciar el pasivo y forzar entonces a la compañía a una reestructuración completa.
La elevada deuda financiera neta de Grifols, de 9.400 millones a 31 de junio según su informe financiero semestral, era una de las banderas rojas del mercado hacia la compañía catalana desde hace meses. De hecho, los principales fondos y bancos especializados en empresas con problemas financieros habían situado desde el mes de septiembre a Grifols como una de las compañías a seguir de cerca. Tras la publicación del
informe de Gotham City todo se ha acelerado.
La compañía afronta ya los primeros vencimientos de pasivo el año que viene, en 2025, por 2.000 millones en bonos y otros 900 millones en un préstamo bancario de tipo
revolving.
Sus planes pasaban por evitar una refinanciación y repagar toda la deuda en efectivo. Para ello han planteado un plan de reducir costes y mejoras operativas, combinado con ventas de partes del negocio para recabar capital. Ya
ha vendido un 20% en su filial china, por lo que ha obtenido 1.600 millones que ha afirmado dedicará íntegramente a repagar deuda. Y se plantea desprenderse de más áreas, como la de diagnóstico y centros de recogida de plasma.
El informe de Gotham City publicado el pasado martes ha puesto palos en el camino. La deuda de la compañía ha sido uno de los principales ataques del fondo bajista. Considera que el pasivo real de la compañía es mucho más elevado que el actual y que la empresa ha utilizado a uno de sus accionistas,
la sociedad Scranton Enterprises, que uno de sus dueños es la familia Grifols, para maquillar las cuentas del grupo, reducir deuda e incrementar artificialmente el ebitda. Este asunto está en el corazón de la
investigación iniciada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tal y como desveló este periódico.
En este contexto, los fondos oportunistas se han fijado en la empresa española. Las fuentes consultadas indican que están contactando con bancos de inversión y despachos de abogados para posicionarse en el pasivo cotizado de la empresa. Indican que el precio de los bonos aún es demasiado elevado para que entren con fuerza como deudores, pero su idea es prepararse por si el castigo del mercado se prolonga y los actuales bonistas deciden huir.
El objetivo último de estos fondos es hacerse fuerte como acreedores y forzar a Grifols a acometer una reestructuración. Esta pasa por obligar a los catalanes a vender activos, refinanciar sus bonos actuales por otros que paguen un interés mayor o, en último término, obligar a los accionistas a cederles todo o una parte del capital. Se espera en cambio que el lado de la deuda bancaria sea más sencillo y que las entidades estén más dispuestas a un acuerdo en una eventual refinanciación, siempre y cuando el BCE no les obligue a provisionar sus préstamos. En ese caso tampoco dudarían en vender su pasivo a fondos oportunistas y huir de la empresa.
El mercado empieza a cotizar que Grifols no será capaz de cumplir su plan de repagar la deuda con dinero contante y sonante. El primer temor, que explicó la caída en Bolsa del viernes es que Haier se eche atrás en la compra del negocio chino. También temen que en medio de esta desconfianza Grifols no consiga vender más activos o que la CNMV le obligue a reformular sus cuentas y esto dispare las métricas y quiebre los compromisos financieros pactados con bancos y bonistas.
Algo que empieza a verse reflejado en el precio de los bonos. Los que vencen en 2025 registran caídas más suaves. Los 1.000 millones que pagan el 3,2% han caído del 98% del nominal al 94%, mientras que los 905 millones al 1,62% han caído al 96%. Más dañadas están otras emisiones. Los 1.400 millones que expiran en 2028 cotizan al 82% tras haber perdido más de 10 puntos en una semana y los 705 millones de dólares que vencen ese mismo año, al 85%. Los seguros contra impagos se han disparado hasta los 570 puntos básicos.