El BCE anuncia sus nuevas exigencias para la banca: resistencia a la geopolítica, digitalización y cambio climático
- El banco central publica su informe anual de supervisión bancaria y detalla su enfoque
- Reconoce más riesgos para la banca europea, pero destaca su solidez durante 2023
- Las provisiones del sector para mitigar el riesgo de crédito pesarán en sus resultados
Madrid 7:00 - 21/03/2024
El Banco Central Europeo (BCE) tiene dos trabajos: conseguir alcanzar la estabilidad de precios en la zona euro y supervisar el sector bancario de la región. En este último esfuerzo, el organismo acaba de publicar su informe anual de supervisión bancaria, un documento en el que analizan cómo ha sido el año 2023 para el sector, analizando los retos que tienen los bancos europeos por delante, además de destacar cuales van a ser sus prioridades como supervisor en los próximos años. El organismo destaca tres puntos que quiere que la banca consiga antes del año 2026: que aumenten su resistencia a shocks macroeconómicos y geopolíticos, que enfrenten los retos que presenta la necesaria digitalización del sector, y también que mejoren su contribución en la lucha contra el cambio climático.
El documento comienza con una entrevista a Claudia Buch, presidenta del Comité de Supervisión bancaria desde el inicio de 2024. Buch destaca el interés del banco central por conseguir alinear los intereses de los bancos con los de la sociedad, y señala algunos retos a los que se van a tener que enfrentar los bancos de la zona euro en los próximos años. El primero, ser capaces de analizar con éxito los nuevos riesgos que les supone el nuevo ciclo de tipos, además de la mayor competencia que va a sufrir el sector por parte de las instituciones no financieras. Además, Buch insiste en la necesidad de seguir mejorando la unión bancaria en la zona euro, con la creación de un esquema de seguros de depósitos común, el siguiente gran paso que, a su juicio, se debe tomar en la región.
El banco central también lleva a cabo en el informe un repaso de cómo fue el año 2023, un ejercicio en el que, aproximadamente por estas fechas, se produjo
la crisis bancaria en Estados Unidos, que terminó también con la caída de Credit Suisse en Europa. El banco suizo no estaba sujeto a la supervisión del BCE, al ser competencia del banco central suizo, pero
el organismo de la zona euro fue capaz de evitar que se produjese un contagio, o una crisis de mayores proporciones, en el sistema bancario de la Unión.
Todo esto se consiguió gracias a la buena salud que han mostrado los bancos europeos en el ejercicio pasado. "Los bancos europeos siguieron mostrando resiliencia, con posiciones de capital y de liquidez robustas, a pesar de la incertidumbre. Los bancos están bien capitalizados", recoge el informe, además de que mantienen "ratios de apalancamiento que siguen mejorando". Según el informe del BCE, "los márgenes de beneficio de los bancos fueron el motor de la rentabilidad en 2022 y en los primeros 9 meses de 2023. Esto superó con creces la caída de los volúmenes de préstamos", indica el documento.
El BCE señala en el informe cómo han estado muy vigilantes de "la exposición de los bancos a sectores vulnerables,
como el inmobiliario residencial y comercial", el gran peligro al que están expuestas en este momento las instituciones financieras, por la crisis que se ha formado en este tipo de activos. El BCE señala esto como uno de los posibles lastres para la rentabilidad del sector en los próximos años. "El aumento de las provisiones, debido a un riesgo de crédito más elevado, podría pesar en los beneficios del futuro", indican.
Las prioridades del banco central
En el documento, el BCE aprovecha para destacar cuales van a ser sus prioridades como regulador bancario en el periodo 2023-2025, tres puntos clave que vigilarán muy de cerca para los bancos europeos, y que están relacionadas con los retos macroeconómicos y políticos que han surgido en el mundo en los últimos años.
La primera prioridad del BCE va a ser "que los bancos aumenten su resistencia a shocks macroeconómicos y geopolíticos", algo que incluye también los riesgos de crédito a los que los bancos están expuestos, que podrían aumentar los préstamos de dudoso pago (NPLS, por sus siglas en inglés). "Queremos asegurarnos de que si los prestamos dudosos empiezan a crecer, los bancos estarán bien equipados para reaccionar proactivamente, con recursos y procesos apropiados", indica el BCE.
La segunda prioridad del BCE será mejorar el perfil de digitalización de los bancos. Esto, para el banco central, significa "aumentar la atención que prestamos a las estrategias de transformación digital de las entidades, y de las capacidades que van a requerir para gestionar los riesgos inherentes", indican. Además, incluirá "examinar los riesgos que genera el uso de tecnologías innovadoras [es probable que el BCE tenga cuestiones como la inteligencia artificial o la tokenización de activos en su punto de mira], además de los riesgos relacionados con sus operaciones, como la dependencia que tendrán de terceras partes, y de riesgos cibernéticos", señalan.
Por último, el banco central tendrá como prioridad asegurarse de que los bancos de la zona euro están
aumentando los esfuerzos para enfrentarse al cambio climático, una cuestión polémica en la que el BCE se ha separado de la estrategia que ha seguido la Reserva Federal estadounidense, un organismo que ha reconocido que estas cuestiones escapan de sus competencias, y que no tendrá en cuenta estas cuestiones a la hora de establecer su política monetaria.
"Una de nuestras prioridades más importantes para estos años es que los bancos integren adecuadamente los riesgos climáticos en su estrategia de negocio y gobierno, y que integren marcos de gestión de riesgos para poder mitigar y explicar bien cuáles son", señala el banco central.