La paciencia del francotirador
Esta mañana he tenido que recurrir a técnicas de distracción para evitar operar con precipitación. Después de vender ayer posiciones en el Ibex sobre 10600 y cerrarlas con ciertas plusvalías, me resultaba muy tentador vender hoy de nuevo a 10600 para tratar de repetir la jugada. No obstante, el Ibex había abierto nuevamente con hueco al alza, los otros futuros apuntaban hacia arriba y todo parecía indicar que se iba a seguir subiendo. A pesar de todo, a mí el cuerpo me pedía vender y los precios me parecían atractivos para hacerlo.
¿Qué he hecho? Tratar de evitar la tentación siguiendo el mercado con el rabillo del ojo mientras escribía algún comentario y participaba en los foros de Rankia. Mientras tanto el Ibex subía hasta 10710, punto en el que se ha frenado y entrado en un periodo lateral. De esa manera he podido evitar entrar equivocadamente y esperar tranquilamente otro momento más adecuado.
Os copio parte de un artículo de Brett Steenbarger en el que describe que se debe operar del modo que lo hace un francotirador:
“Si el francotirador se volviese demasiado agresivo y se aburriese esperando al tiro adecuado, saltaría de su escondite y comenzaría a disparar al enemigo sin ton ni son. La mayoría de los tiros se desperdiciarían y el francotirador fuera de control sería rápidamente localizado y acribillado a tiros.
No, el francotirador espera al disparo ideal: el “sigilo” y la “visualización del entorno” son herramientas esenciales de su oficio. Ser un francotirador supone combinar la agresión con un exquisito auto-control y juicio. Es agresión controlada.
La idea es operar sólo cuando tengo una visión despejada del objetivo. Todo lo demás es espera y preparación, permanecer al margen en una posición defensiva. Es ese tiempo entre disparos al objetivo el que proporciona el auto-control. Es difícil forzar la situación cuando uno se toma el tiempo de volver a valorar la situación, volver a cargar y volver a cubrirse tras un tiro fallido. Con la suficiente repetición, este proceso se vuelve automático: su modo por defecto es el de auto-control.”
Espero que a alguno le pueda servir de ayuda para tener paciencia y evitar adelantarse a la ejecución correcta de las operaciones. Por eso, es un buen ejemplo el del francotirador, porque debe saber esperar el momento idóneo para el disparo, aunque no siempre sea fácil.