En cierta forma, sí es nuestra culpa.
Recuerdo cuando, hace ya años, comenzaban a salir noticias de chavalitos en países lejanos en desarrollo que se pasaban la mitad del día cosiendo prendas para marcas de postín que aquí vendian sus productos a precios de primer mundo. No nos preocupó (en general, ojo) la situación. Nadie miraba de dónde procedía la prenda que compraba ni se defendía "lo nuestro".
En un segundo escalón, ya no se tuvo gente cosiendo (aquí, Inditex, comenzó con un montón de costureras en A Coruña, sin ir más lejos). Todos los medios de producción de la empresa, todas las instalaciones, se trasladaron a lugares donde los salarios son de risa (en una noticia se hablaba de que una persona en Pakistan venía a cobrar el equivalente a 40 euros de aquí al mes). Y la gente siguió sin preocuparse.
Tampoco mucha gente se preocupó de que, lo que compraba, incluso en tiendas de marca, era de una calidad ínfima. Creo que no hace falta explicarlo. Solo veían el precio que era relativamente bajo. A veces, lo barato sale caro (decía Kostolany que su padre le mencionaba que no era lo suficientemente rico como para comprar cosas baratas).
Ahora nos preocupa que no haya fábricas, ni nadie que produzca aquí, que todo lo que se fabrica provenga de lugares donde la gente no tiene derechos sociales o estos son mínimos.
Y, contra eso, aunque seamos los que tenemos el salario mínimo de los más bajos de Europa, no podíamos competir. Porque las empresas tampoco han sido proclives a invertir en desarrollo tecnológico. Por suerte o por desgracia, teníamos, en muchos casos, lo que llamo "empresas de la chicha" (aquellas que salen adelante a cuenta de explotar, directamente, a sus currantes -creo que todos hemos oido algún caso de gente que no cobra lo que le salía en nómina, o que no percibe alguna paga extra de las que le corresponden...-).
Ahora, estamos donde estamos. Como no somos alemanes ni tenemos producción de tecnología que los países en desarrollo no podrían simular, la igualación se ha producido a la baja. Como ellos no van a llegar en breve a donde estamos nosotros, no nos ha quedado otra que competir devaluando al personal: bajos salarios, contratos basura, menos prestaciones sociales (o sea, rebaja del estado del bienestar)...
Y sí, en esto los políticos también tienen su culpa. Y, de nuevo, nosotros. No sé si somos masoquistas. Cada rato vemos en el telediario que hay mucho espabilado que se lo está llevando crudo. No sé si la gente piensa sobre el lugar del cual sale eso que esos espabilados se llevan. Si fueran conscientes, igual no seríamos como somos. Porque todo eso, lo que se llevan, además del coche oficial y de los volquetes de putas extraoficiales, sale de nuestros bolsillos.
Estoy de acuerdo en lo del talento. Aquí o eres amigo de... o lo tienes claro. Ni se valora, ni se espera que se valore. Solo tienes que ver que, de lo más visto en la tele, son cosas como esas en las que encierran a unos cuantos en una casa (siendo todo más falso que un billete de tres euros) ese o los programas del hígado.
Con esos mimbres, pocas cestas de país se pueden hacer. Eso sí, se dedican a dividir al personal a base de bien. No vaya a ser que abramos los ojos y la liemos parda. Y, encima, los que tienen el valor de manifestarse y protestar, reciben el apelativo de "activistas" (lo que conlleva, implicito, cierta calificación de peligrosos sociales o, por lo menos, revoltosos).
Suerte a todos.
no desaparece lo que muere, desaparece lo que se olvida