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En julio ya se bajó al 0% la remuneración por esas reservas mínimas
Nagel (Bundesbank) no cierra la puerta a subir el coeficiente de reservas
El pasado 27 de julio, cuando el Banco Central Europeo (BCE) emitía su comunicado informando de un nuevo aumento de 25 puntos básicos en los tipos de interés, un inesperado guion de la declaración causaba cierto revuelo en el entorno financiero. El banco central decidía, con efectos a partir del 20 de septiembre, recortar del 3,5% vigente en ese momento al 0% la remuneración de las reservas mínimas requeridas a los bancos. Poco más de un mes después, puede llegar el segundo round del combate, con voces dentro del instituto monetario abriendo la puerta, incluso, a elevar ese mínimo de reservas, lo que supondría apretar de nuevo las clavijas al sector.
Aunque el BCE justificó su decisión de julio como una forma de favorecer la transmisión de la política monetaria, la opinión generalizada entre los analistas es que estos pasos del banco central van destinados a reducir el pago de intereses a los bancos tras el radical giro en la política monetaria con las alzas de tipos del último año.
El chorro de liquidez emitido en los últimos años para estimular la economía ha propiciado que los bancos hayan aparcado ingente exceso de esta liquidez en el banco central pese a la poca o nula remuneración que recibían, llegando a pagar por ello con los tipos negativos. Ahora el BCE se ve en la coyuntura de remunerar ese exceso de liquidez a unos tipos notablemente más altos.
"A medida que aumentan los tipos de interés, los intereses que los bancos obtienen al colocar liquidez en el BCE aumentarán gradualmente por encima de la tasa que pagan por sus préstamos para operaciones de refinanciamiento a largo plazo (TLTRO), lo que les presentará una ganancia en la tasa de interés", explicaban ya hace unos meses Antoine Bouvet y Benjamin Schroeder, estrategas de ING, en una nota para clientes. Esto ha desatado la discusión de si es justo y ha recuperado los temores de que los bancos centrales que conforman el armazón del BCE incurran en pérdidas.
Pero para discernir mejor las motivaciones del banco central, lo primero es entender cómo funciona el sistema de reservas. El BCE exige a las entidades de crédito de la zona euro que mantengan unas reservas mínimas en sus cuentas corrientes en el banco central. Las entidades de crédito tienen que cumplir sus exigencias de reservas en promedio durante cada período de mantenimiento de reservas (normalmente seis semanas a partir del miércoles siguiente a las reuniones del BCE en las que se aplican los nuevos tipos).
La exigencia de reservas se calcula multiplicando el coeficiente de reservas del 1% por la "base de depósitos", que se compone de los depósitos de un banco, los valores distintos de acciones y los instrumentos del mercado monetario hasta dos años. Los pasivos a través de otros bancos de la zona del euro se excluyen de la base de reservas. Los repos, depósitos y otros pasivos con vencimiento superior a dos años tienen un coeficiente del 0% y se aplican otras deducciones. Hasta 2011, el coeficiente de reserva era del 2%. Los datos del balance al final de un mes determinado se utilizan para determinar la base de reservas para el período de mantenimiento dos meses más tarde.
Tradicionalmente, el BCE remuneraba las reservas obligatorias al tipo principal de refinanciación, el tipo que los bancos pagan para obtener financiación a una semana del BCE aportando garantías. En octubre del año pasado decidió reducir la remuneración al tipo de depósito -el interés que las entidades reciben, o pagan en caso de ser negativo, por sus depósitos a un día en el BCE- a partir de diciembre. En julio se decidió reducir aún más el tipo de las reservas obligatorias hasta el 0%. La remuneración de las reservas mínimas de los bancos debe distinguirse de la remuneración que los gobiernos o las instituciones extranjeras obtienen en el BCE.
Pese al estupor inicial y alguna caída del sectorial en bolsa, pronto se vio el impacto contenido de la medida de julio. Las reservas mínimas que deben mantener los bancos se sitúan actualmente en 165.000 millones de euros, con lo que al pagar el 0% por las mismas y suponiendo que los tipos de interés no varíen, los bancos de la zona euro perderán unos 6.200 millones de euros anuales en ingresos por intereses del BCE. A título comparativo, el exceso de liquidez (las tenencias totales de los bancos en el BCE menos las reservas obligatorias) es de 3,6 billones de euros. La cifra también contrasta con los 361.000 millones de euros de intereses netos que obtuvieron en 2022 y los 183.000 millones de euros de beneficios antes de impuestos.
Es por eso que algunos economistas e incluso algunos miembros del BCE abogan por ir más allá. "Mientras el BCE no modifique los demás parámetros (como el coeficiente de reservas), la decisión probablemente pueda seguir considerándose un ejercicio de marketing cosmético", expresaba recientemente en un informe Christoph Rieger, economista de Commerzbank. Dado que parece improbable que se reduzca el tipo por debajo de cero, el Eurosistema podría reducir aún más el pago de intereses a los bancos aumentando las exigencias de reservas.
Nagel: "El 0% no es el final de la historia"
En una mesa redonda celebrada el lunes, el reconocido académico Paul de Grauwe, preocupado por los peligros potenciales, más que económicos, de una escalada de las pérdidas de los bancos centrales, abrió el melón. El economista admite que existen límites al proceso de endurecimiento cuantitativo (QT) o reducción de balance activo, por lo que las transferencias de beneficios a los bancos comerciales continuarán durante bastante tiempo. Por eso, considera que la herramienta de las reservas mínimas es eficaz para limitar las pérdidas de los bancos centrales y compatible con un endurecimiento de la política monetaria.
De Grauwe llega a la conclusión, utilizando supuestos y simulaciones de un trabajo realizado anteriormente por el FMI, de que trasladar el coeficiente de reservas mínimas obligatorias del 1% al 15% eliminaría aproximadamente el problema de las pérdidas que podrían dar lugar a un patrimonio neto negativo para el Bundesbank en los próximos años. Un cálculo que llega después de que este verano se reavivasen los temores por un posible rescate del gobierno alemán al Bundesbank para cubrir las pérdidas por los bonos adquiridos en el marco de los programas de compra de activos del BCE.
Pero lo trascendental de la mesa redonda no era tanto la opinión de De Grauwe como la presencia a su lado de Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, miembro del Consejo de Gobierno del BCE y halcón clave en el seno del órgano. Nagel tuvo que ser políticamente correcto y refutó medidas tan drásticas bajo la premisa de que no se llegaría a un patrimonio negativo del banco central alemán, pero, sin decirlo explícitamente, se mostró abierto a la idea de aumentar gradualmente el coeficiente de reservas mínimas.
De hecho, haciendo referencia a la decisión de julio de recortar la remuneración de las reservas obligatorias al 0% dijo que eso no tenía por qué "ser el final de la historia". Nagel fue incluso más lejos dejando una sonora frase que puede parecer toda una declaración de intenciones: "No es nuestra -permítanme decir- intención cuando discutimos estas cosas contentar a los bancos. Definitivamente, no es el caso".
Las palabras de Nagel llegaban días después de que se conociesen las actas de la reunión del julio del BCE. En la discusión de los miembros del BCE sobre la conveniencia de reducir la remuneración al 0%, los que defendían esta medida se mostraban partidarios de aumentar el coeficiente de reservas mínimas al 2%, señalando que había sido la norma hasta 2011.
"Se argumentó que el Consejo de Gobierno tenía buenas razones para dar un paso más en la normalización de sus instrumentos de política. Esto podría hacerse revirtiendo la anterior reducción al 1%, decidida en diciembre de 2011 como parte de un paquete de medidas no convencionales para apoyar el canal de préstamos bancarios y liberar liquidez y activos de garantía cuando la transmisión monetaria había estado claramente sometida a tensiones. También se recordó que los bancos se habían beneficiado de condiciones de refinanciación extraordinariamente favorables, en particular en el marco de las TLTRO, durante un largo período de tiempo", se recogía en las actas.
Un aumento gradual
¿Cuál podría ser el impacto en el mercado de un aumento masivo de las reservas mínimas?, se preguntaba Adam Kurpiel, estratega de Société Générale, en una nota tras la mesa redonda con Nagel y De Grauwe. "Sin duda, cierto alivio en la venta activa de bonos por parte del Eurosistema. Esto podría ralentizar la reconstrucción de la prima por plazo. Un menor exceso de reservas también podría tener algunas implicaciones para los tipos del mercado monetario, en un contexto de exceso de liquidez fragmentado", respondía. "Los debates sobre las pérdidas de los bancos centrales continuarán. Y, de hecho, el BCE podría empezar a debatir la idea de elevar el coeficiente de reservas mínimas y acabar aumentándolo de forma gradual. Al final, el resultado más probable podría ser una combinación de reservas mínimas más elevadas (aunque lo más probable es que no lleguen al 15%) y un QT más activo", añadía.
Rieger, de Commerzbank, sostiene que no se puede contar con que la reducción de los tipos de interés de los depósitos soberanos o de las reservas exteriores en el BCE genere un ahorro de tipos de interés para el Eurosistema, ya que "las reducciones resultantes de estos depósitos dan lugar a un aumento del exceso de liquidez que debe remunerarse al tipo de depósito". Por tanto, continúa, "el BCE podría considerar la posibilidad de combinar una reducción de la remuneración de los depósitos de las Administraciones Públicas y de los depósitos en el extranjero con un aumento del mínimo requerido de reservas.
"También podría ser más fácil comunicar que está reduciendo el pago de intereses no solo a sus bancos, sino también a los gobiernos nacionales y extranjeros", apostilla Rieger. En cuanto al calendario, concluye, "si el BCE desea introducir los cambios respectivos, creemos que debería aplicarlos pronto o esperar hasta que concluya la revisión de su marco operativo, prevista para finales de año".
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