Re: Movimientos corporativos
El problema está con los beneficios empresariales y probablemente esté fallando el análisis fundamental de su procedencia.
Primero hay que ignorar el ruido de las espectativas de beneficios, uno de los mayores engaños colectivos que hay. Batir las espectativas no significa absolutamente nada. Después hay que descontar que los beneficios se producen después de un ajuste de gastos durísimo con muchos despidos y reducción de infraestructuras no relacionadas con ingresos, incluyendo I+D para muchísimas empresas. Y por último que las ventas y beneficios se están comparando con las de hace un año, probablemente el peor periodo en una década. Incrementar con respecto al fondo del pozo no es decir mucho.
Por todo ello, creo que los datos de beneficios empresariales son menos fiables que los datos de consumo, mercado inmobiliario y PIB, que muestran una imagen mucho peor. Las empresas han adelgazado y se han debilitado como no puede ser de otra manera durante una crisis. Si el consumo no despega (y el paro lo impide) su capacidad para seguir mejorando resultados desaparecerá.
La bolsa lleva dos meses subiendo al calor del fin de la incertidumbre y de los buenos resultados empresariales, pero ni se ha acabado la incertidumbre ni el incremento de resultados parece sostenible. Grecia continúa su camino imparable hacia el default y el paro y el consumo han entrado en un circulo vicioso en el que uno no se va a recuperar si no se recupera el otro, con lo que la recuperación será extremadamente lenta.
Creo que las conclusiones para los mercados son evidentes. La situación hoy por hoy es indudablemente bajista y hay riesgos evidentes de desplomes a medio plazo, hasta mediado el otoño. Si se aclara la incertidumbre a medio plazo de forma positiva, yo esperaría un mercado alcista en la segunda mitad del otoño.
A largo plazo la solución pasa por purgar la deuda. Históricamente las grandes deudas estatales, desde los tiempos de los romanos, nunca se pagan. Se van incrementando hasta la llegada de una crisis que se aprovecha para hacer default, devaluarla a lo bestia o empapelarla y purgarla del sistema, iniciando un nuevo ciclo. Es una solución brutal pero efectiva. Dada la cobardía del poder político y su dependencia del financiero, esa solución se va a retrasar lo más posible mientras se acerca el final del invierno de Kondratieff, pero habrá que tener mucho cuidado con lo que pasa entre 2012 y 2015.
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