Muy pocos de los que se molestan en informarse se habían creído los stress-tests. Lo interesante por tanto es que se hayan dado por válidos de julio a septiembre. Ya están sacando la serie B de stress-tests.
Os pego un blog muy revelador de por qué los stress tests fueron un engaño:
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Stress Test. La autopsia certifica que el cadaver vive
http://laopiniondelcuco.blogcindario.com/2010/07/00777-stress-test-la-autopsia-certifica-que-el-cad-aacute-ver-vive.html
Lo que ha sucedido con los test de stress a los que se ha sometido la banca europea ha sido, pura y simplemente, una vergüenza total y absoluta. Resulta que el sistema financiero español, ese de los miles de millones en fondos de reestructuración, ese del medio billón de euros en créditos al promotor, ese del efecto sonajero y las hipotecas ninja, ese de las fusiones apresuradas entre cajas, está de un sólido que asusta.
Lo que es algo así como si un médico desenterrara un cadáver para llevar a cabo una autopsia y llegara a la conclusión de que el presunto muerto no solamente no lo está sino que, además, es un firme candidato a la medalla de oro en los próximos mundiales de atletismo.
¿Cómo ha sido posible llegar a esta situación tan kafkiana? Pues, evidentemente, haciendo trampa. Si el médico encargado de realizar la autopsia sigue una metodología delirante, el resultado de la misma va a ser cualquier cosa menos científico, verídico y exacto. Veamos lo que ha sucedido:
Los principales artificios contables de la banca española -consentidos por el Banco de España- que explican la brillante superación de los test de stress son los siguientes:
1) Seguir contabilizando los activos inmobiliarios a su precio de mercado en el año 2006 (cúspide de la burbuja-locura inmobiliaria vivida en España) en vez de a su precio real, actual, a día de hoy. Es decir, que si un banco se adjudica un inmueble subastado o en dación en pago, lo contabiliza en su balance a su valor de hace cuatro años.
2) No provisionar los préstamos hipotecarios impagados hasta 72 meses después según una absurda normativa contable contra la que ya advertimos en Mayo del año pasado.
La prueba irrefutable de que estamos ante dos camelos: Que el Banco de España, una vez realizados los test de stress, modificó ambos criterios contables: Desde el cuarto trimestre de este año, no solo bancos deberán oficializar en sus balances (y, por lo tanto, provisionar) depreciaciones que van entre el 20% y el 50% del valor de sus inmuebles (30% mínimo para cualquier dación en pago). No solo se acabó el contabilizar a precios de 2006 sino que -también a partir del cuarto trimestre- cualquier préstamo hipotecario en mora durante más de un año pasa a tener que provisionarse como pérdida automáticamente.
3) A estos dos artificios hay que sumar un tercero: La trampa de las refinanciaciones -consistente en refinanciar ad infinitum créditos morosos para no contabilizarlos como fallidos- que ya denunció Credit Suisse y que serviría a nuestro sistema financiero para encubrir una morosidad superior en un 40% a lo que reconocen realmente.
4) Además, en cuanto a exposición a la deuda soberana, dos notas importantes: Solo han formado parte de las pruebas de esfuerzo los títulos de deuda pública que las entidades bancarias tienen en su "trading book" es decir, la que piensan vender antes de un año en el mercado secundario. Por lo tanto, no sabemos cuantos papelillos de deuda pública española tienen nuestras entidades en sus balances. Mucho ojo con esto.
5) Y por último, pero no por ello menos importante, los bancos y cajas españoles han contabilizado los créditos del FROB obtenidos para sanear sus balances como "fondo de defensa patrimonial" en vez de imputarlo directamente a su pasivo. Como dice Marc Vidal, obviamente con activos sobrevalorados y créditos puente mi “aparente” y “puntual” situación financiera es más que óptima, cuando en realidad es una soberana mierda. Tengámoslo claro: Sin esas ayudas la mitad de nuestras Cajas de Ahorros hubieran suspendido las pruebas de esfuerzo. Esa es la dimensión de nuestro problema.
Estas trampas saduceas no han evitado que un buen puñado de Cajas no superen los tests. Se trata de los grupos de cajas Diada (fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa), Unim (Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu), Espiga (Caja Duero y Caja España) y Banca Cívica (Caja Navarra, General de Canarias y la de Burgos) . Además, Cajasur tampoco llega al aprobado, pero ya ha sido absorbida por BBK.
Y mucho ojo a CajaMadrid, Banco Guipuzcoano, Banco Pastor, Caja Inmaculada y Cajasol, porque no han logrado obtener más que un aprobado ramplón.
Con todo, los resultados de las pruebas de esfuerzo han tenido un efecto positivo inmediato sobre la deuda soberana española: Si el cadáver al que hemos avalado está vivito y coleando, de pronto el Reino de España pasa a ser mucho más solvente. El mercado ha optado por creerse lo increíble. Y se lo ha creído porque el Banco Central Europeo -ese mismo BCE empeñado en seguir imprimiendo dinero a mansalva para sostener a los PIGS- se ha jugado, pura y simplemente su credibilidad en pro de mantener la ficción de unidad de la zona euro y la de la solvencia de sus miembros unos cuantos meses más.
La actitud del Banco Central Europeo es la de quien le suministra una y otra vez heroína al yonki asegurándole que cada dosis es la última que le va a dar. El problema es que al yonki -ese inmenso yonki del crédito que es el Reino de España- se comporta, pura y simplemente, como si no se creyera ni poco ni mucho las amenazas de quedarse sin droga.
De momento, el órdago del cadáver español al forense alemán que se empeñó en hacerle los stress test no puede ser más claro: No hago reforma alguna, me someto a tus pruebas siguiendo mis propios criterios contables del País de las Maravillas y tú me sigues pagando las facturas con cargo al balance del BCE... o me llevo a tu sistema financiero por delante. Somos el cadáver más duro de Europa. El yonki más chulo de Valdemingómez. Ahora solo nos queda ver si Alemania acepta el papel de paganini de nuestros excesos y con qué condiciones. O si, por el contrario, nos corta el grifo del crédito y nos manda directamente al abismo.
Atentos al cuarto trimestre.