El Tesoro Público ha colocado este martes 2.080,3 millones de euros en letras a 3 y 9 meses, dentro del rango medio previsto, y lo ha hecho cobrando menos a los inversores en ambas referencias, según los datos publicados por el Banco de España.
A pesar de tener que pagar, los inversores siguen mostrando interés por los títulos de deuda españoles, ya que la demanda conjunta de ambas referencias ha superado los 5.363,26 millones de euros, más del doble de lo finalmente colocado en los mercados.
En concreto, el organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos ha colocado 540,30 millones de euros en letras a tres meses, frente una demanda de 1.716,78 millones, y el tipo de interés marginal se ha colocado en -0,600%, menos negativo que el -0,690% anterior.
En las letras a nueve meses ha colocado 1.540 millones, por debajo de los 3.646,48 millones solicitados por los inversores, con una rentabilidad marginal del -0,557%, ligeramente por encima del -0,558% previo.
Tras esta tercera subasta del 2022, el Tesoro volverá a los mercados de deuda el próximo jueves, día 20 de enero, con una de bonos y obligaciones del Estado, con la que cerrará las subastas del primer mes del año.
En la emisión del jueves, el Tesoro espera colocar entre 4.000 millones y 5.000 millones. Para ello, subastará bonos del Estado a 5 años, con cupón del 0% y vencimiento el 31 de enero de 2027, así como obligaciones del Estado con una vida residual de 8 años 3 meses, con cupón del 0,50% y vencimiento el 30 de abril de 2030, y obligaciones del Estado con una vida residual de 18 años 9 meses, con cupón del 1,20% y vencimiento el 31 de octubre de 2040. Para la referencia de bonos a 5 años, el tipo de interés marginal se situó en la última emisión del pasado 18 de noviembre en el -0,107%.
75.000 MILLONES: PREVISIÓN DE EMISIÓN NETA DE DEUDA EN 2022
Con estas dos subastas se cierra un mes marcado por la presentación por parte del secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo, de la Estrategia de Financiación del Tesoro para 2022.
De acuerdo con la Estrategia, el Tesoro Público mantiene en 75.000 millones la previsión de emisión de deuda neta para 2022, prácticamente similar a la cifra de 2021 (75.138 millones), mientras que prevé que la emisión bruta se reduzca un 10% respecto al año pasado, hasta los 237.498 millones de euros.
Por su parte, se prevé una emisión bruta por parte del Tesoro Público de 237.500 millones de euros, lo que supone un descenso del 10% respecto a lo estimado para este año. Al igual que en los últimos años, el grueso de la emisión bruta prevista se concentrará en letras del Tesoro y en bonos y obligaciones del Estado.
Sin embargo, cabe destacar que en 2020 y 2021 las emisiones de valores del Tesoro se vieron complementadas con préstamos procedentes de la UE para ayudar al desempleo provocado por la pandemia a través del programa SURE (Support mitigating Unemployment Risks in Emergency). España ya ha recibido todos los préstamos disponibles en el marco de este instrumento, de manera que en 2022 no se recurrirá a este programa.
No obstante, el Gobierno precisa que desde 2021 España está recibiendo un elevado volumen de transferencias procedentes de los fondos de la UE para hacer frente a la reconstrucción tras la pandemia en el marco del programa 'Next Generation EU', ayudas que se utilizarán para el desarrollo de diversas medidas recogidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en los próximos años, no generando nuevo endeudamiento del Estado por su carácter no reembolsable.
Además, como otro de los hitos importantes para 2022, el Tesoro reabrirá el bono verde, lanzado por primera vez en 2021, con el fin de ir alcanzando volúmenes próximos al del resto de referencias y de seguir contribuyendo a la financiación de proyectos de transición ecológica. No obstante, el secretario no ha avanzado aún las fechas que barajan para esta emisión ni los detalles de la misma.
En cuanto a la prima de riesgo, desde el Tesoro esperan que la acción tomada por parte del Banco Central Europeo (BCE) en cuanto a la progresiva evolución de la política monetaria no suponga un factor diferencial y que la prima de riesgo siga manteniéndose sin sobresaltos como en 2021.