Jejeje... está claro: llama a la camarera con la excusa de que se le ha terminado el whisky Chivas Regal. Mientras la camarera sube por el ascensor los 5 pisos, el señor Strauss-Kahn se estimula el ariete para tenerlo presto y dispuesto con el fin de que una vez la camarera penetre el umbral, hacer él mismo lo propio con la pobrecita víctima. Jaijaijai.
Está bien que el FMI sea una entidad chapucera incapaz de soluciones financieras a la crisis que han provocado los tiburones, pero no me entra en la cabeza un plan tan burdo para echar un polvete. ¡Con una camarera de hotel! ¿No hay señoritas de compañía de lujo en toda la ciudad? Además, ¿estaba seguro de que la camarera iba a ser un pibón en lugar de un cardo borriquero?
Y hale, abre la puerta, se abalanza sobre ella, no lo consigue y cuando entran en la habitación se había dado a la fuga dejándose todos los objetos personales. Ante tanta precipitación, la pregunta es ¿esperó a que el miembro volviese a su posición en reposo o se abrió camino entre la clientela del hotel con el sable desenfundado? ¿Esperaba tal vez insertarlo en el receptáculo de alguna dama durante la huida, para no desaprovechar la erección (que a esas edades, ya se sabe)?
Vamos, hombre, a otro perro con ese hueso.
Saludetes