Astroc
Mañana, 24 de mayo, se cumplirán 365 días desde que Astroc debutó en el parqué. Un año que se ha saldado con una evolución bursátil similar a la de una montaña rusa. Escaló hasta lo más alto para después desplomarse con una fuerza nunca vista en el mercado español. Con todo, se anota una revalorización del 148,75% desde los 6,4 euros por acción fijados de referencia en su oferta pública de venta (OPV).
Fue aquella una colocación ejemplar, en la que Enrique Bañuelos, dueño y señor de la promotora valenciana, decidió compartir el éxito de su creación con el resto de los inversores. Desde entonces, Astroc ha sufrido muchas turbulencias y varios de sus proyectos, como la ampliación de capital de entre 700 y 800 millones de euros anunciada en febrero, están en revisión. 'Es lógico que el nuevo consejero delegado, Juan Antonio Alcaraz, nombrado el 16 de mayo, quiera ver cuál es la situación antes de tomar decisiones', según fuertes cercanas a la firma.
En cualquier caso, los analistas coinciden en señalar que los ahorradores invertían en Astroc atraídos exclusivamente por los inversores famosos que llegaban a su capital, como la familia Godia, o el propio Amancio Ortega. 'La empresa mantenía una política de opacidad informativa con el resto del mercado, lo que no evitó que llegara a marcar un máximo histórico de 72,6 euros', señala Pablo Gaya, gestor de Capital at Work.
Los males de Astroc comenzaron tras conocerse que su informe de gestión revelaba que una buena parte de su resultado del año pasado se debía a operaciones con el propio Enrique Bañuelos. El mercado perdió la confianza en la firma en cuestión de horas, y la situación no se quedó ahí, puesto que el recelo se extendió al resto de las compañías relacionadas con el ladrillo. Precisamente, también mañana se cumplirá un mes desde el comienzo del pinchazo bursátil del sector. Todas las empresas estrictamente inmobiliarias cotizan por debajo de los precios anteriores al 24 de abril, a diferencia de las constructoras que se han repuesto mejor del mal trago. Los descensos oscilan entre el 27,5% de Inbesòs y el mínimo 0,1% de Riofisa.
Los expertos son bastante reticentes respecto al futuro de Astroc y de sus colegas. 'Entrar en la firma valenciana es como jugar a la ruleta rusa', advierte Daniel Mateos, director de Asesoramiento de Barclays. 'No tenemos absolutamente nada del sector en cartera ni pensamos tenerlo', señala Manuel Montesinos, director de Asset Management de Riva y García. Por su parte, Antonio Guinea, director de Corporate Finance de Aguirre Newman, explica que 'todo apunta que no recuperarán los precios anteriores a la crisis'.
Recelos sobre el ladrillo español
Las cotizaciones todavía superan el valor neto de los activos. El Valor Neto de los Activos (NAV) ha sido tradicionalmente el elemento que ha indicado si una inmobiliaria estaba cara o barata. 'Hasta hace unos años, lo normal era que las inmobiliarias cotizaran con descuento respecto a lo que valían en mercado sus activos', señala Alberto Espelosín, gestor del fondo inmobiliario de Ibercaja, que señala que, pese a las caídas, siguen caras. Las que publican el NAV -Metrovacesa, Colonial, Urbis, Riofisa, Parquesol y Fadesa- todavía se compran y venden en el parqué con una prima media del 8,6% respecto al valor neto de sus activos. Sólo Fadesa y Parquesol se pagan por debajo del valor de sus inmuebles, según los tasadores.
La OPV de Realia es una prueba de fuego para el sector. La inmobiliaria propiedad de FCC y Caja Madrid está en pleno road show, mostrando sus atractivos a los potenciales inversores institucionales de cara a su inminente debut en el parqué. En este caso, los expertos varían su discurso y la mayoría contempla un escenario positivo para el comienzo de la andadura bursátil de la empresa. 'Si sale en la parte baja, es decir, alrededor de 7,9 euros por acción, lo que supondría un PER de 13,75 veces, es probable que comience con buen pie