Re: ¿Por qué, para qué ahorrar tanto?
Ahorrar es bueno porque no sabemos que va a pasar dentro de 10 años,lo mismo estamos en el paro y hay q tirar del ahorro.s2
Ahorrar es bueno porque no sabemos que va a pasar dentro de 10 años,lo mismo estamos en el paro y hay q tirar del ahorro.s2
He conocido personas que dilapidaron todo lo que obtuvieron y luego se han visto en la más absoluta pobreza material.
Uno lo obtuvo de un premio en lotería: mercedes sin tener carnet, farras, amigos, bares.
Hoy no puede pagar un café en los bares donde tantos amigos tuvo y no tiene con qué arreglarse los dientes.
Otros fueron varios hermanos todos yesistas ajusteros, lo mismo.
Otro un pocero(construir pozos para extraer agua).
Me dan más pena aquéllos que votaron lo que tuvieron que los que vivieron por debajo de sus posibilidades, pero con ahorros hasta el último día de sus vidas.
Pero la mayoría de ahorradores que conozco no han sabido invertir más que en plazo fijo en "su" banco sin cambiar casi nunca de entidad.
Ahorrar sí, pero para obtener ingresos pasivos suficientes que cubran las necesidades presentes y futuras sin comerse el capital, no para dejarlo dentro de un bote devaluándose.
Y porque podemos obtener ingresos pasivos del capital ahorrado: beneficiarnos de la maravilla del interés compuesto.
Me he perdido lo siento.s2
Te dejara din n euro
Que tendremos que tirar de lo ahorrado para vivir, dalo por seguro, y mucho antes que dentro de 10 años.
Yo le daría la vuelta a la pregunta, ¿para qué gastar más?
¿Qué es lo que te hace pensar que gastando más vas a ser más feliz o vas a tener una vida mejor?
Es un seguro para el viaje. Nada más. Una persona previsora seguramente se habrá quedado larga y le habrá sobrado, por ser imposible determinar acertadamente la fecha de caducidad. Pero eso dará igual, porque el objetivo era autoprotegerse por el camino. A donde vayas después no te lo podrás llevar y caso de existir el Más Allá y pudieras llevarlo posiblemente no te resultara de utilidad.
También es un forma de entender la vida, una afición. A otros les da por mirar como crecen los tomates, ir a pescar en su tiempo libre o bañarse con Dom Perignon. Ha de tenerse algún cuidado porque puede enganchar demasiado y cualquier exceso siempre es pernicioso.
Supongamos que esto del ahorro es una práctica de gente rarilla que no sabe vivir y disfrutar. Veamos: un día visitas al señor dentista o te visita el fontanero y te dicen que la reparación de la avería cuesta 1.000,00 eurillos. Si no hay en el colchón tendrás que acudir a arrodillarte delante del prestamista y firmarás lo que te ponga por delante porque no tienes otra opción. Si decides molestarte en sumar el importe de los intereses a satisfacer, podrás darte cuenta de quién es el que sabe vivir la vida y de quién es el que se la paga.
También puedes decidir hacerte con un teléfono muy resultón e indecentemente caro y luego te miras los dedos de las manos y puedes pensar si con ellos serás capaz de hacer algo que esté a la altura del artefacto o que no dan para tanto y posiblemente se vean desbordados aporreando uno que vale seis veces menos. O un coche con anillos para ir al trabajo que está a diez kilómetros y una vez al mes Alcampo. ¿Qué tal plantearse un uso alternativo del dinero, en lugar de alimentar la vanidad esclavizante?
Como todo ha de tener su justa medida y el ahorro debe estar destinado a cubrir unos objetivos, entiendo que es una cuestión de porcentajes que a cada uno le vayan bien. Un 20% de los ingresos anuales que puede ser asumible, proporciona por si sólo, sin más, una prestación de desempleo de casi tres meses, que no está nada mal. El sobrante que pueda quedar una vez cubiertas las necesidades básicas, se puede fundir sin contemplaciones en proporcionarse alguna alegría. Si lo que se pretende es despedir al jefe o a los clientes cuanto antes quizá lo más correcto será pensar en un 50%. Para eso se necesitará mayor capacidad de sufrimiento.
Por otra parte el ahorro otorga libertad y permite dormir a pierna suelta. Y una de las mayores satisfacciones que produce es poder decir NO GRACIAS a determinadas proposiciones esbozando una sonrisa. Porque el que tiene ahorro tiene posibilidad de elegir.
¿Quieres darle un buen puntapié al capitalismo? Pues menos bla, bla, bla y más actuar. Dale donde más le duele y niégale tu dinero de vez en cuando. CR7 viaja en Lamborghini porque los que las pasamos putas para llegar a fin de mes, le regalamos nuestro dinero cuando compramos su camiseta y la familia Armani se ríe del mundo, porque lo que vende no vale ni la mitad del precio que le pone.
Y por último vayamos al asunto de los ahorros de los que carecen de descendientes directos. Partimos del hecho de que existirá un sobrante, mucho o poco, que nadie va a llevar a su tumba. Sólo queda encontrar el destino más adecuado para el sobrante.
Entiendo que los sobrinos que lo merezcan pueden ser convenientemente compensados en vida según su comportamiento. De ese modo en el momento del juicio final todos serán iguales, con la salvedad de que alguno ya habrá recibido con anterioridad su justo premio, en pequeñas dosis y sin necesidad de pasar el trámite de esos engorrosos impuestos.
En cuando a lo que pueda quedar, existen venerables instituciones que persiguen determinados fines que pueden ser del agrado del ahorrador. Algunas de ellas gozan de una gran ventaja: están exentas de tributación en el Impuesto de Sucesiones, lo que proporciona la agradable satisfacción de poder contemplar como las sucias pezuñas de los vividores de la política no podrán expoliar ni un solo céntimo. Para ello no hay más que hacer que visitar al señor notario y dejar constancia fehaciente de esa voluntad; cuesta cuatro perras. Siempre cabe la posibilidad de que el dinero caiga en manos de un malnacido que se lo gaste en put@s, pero eso también son capaces de hacerlo los sobrinos y las sucias pezuñas de los vividores de la política. Nada es seguro en esta vida. Quizá el reparto entre más de una institución pueda atenuar determinados riesgos.
R.I.P. Ahorrador.