Raro.
Definición: Nunca entenderé por qué tenemos una imagen tan peyorativa de lo raro, si la Real Academia Española de la Lengua no dice en ningún caso que ser raro sea algo intrínsecamente malo, nocivo, pernicioso...
* Extraído de RAE.
raro, ra.
(Del lat. rarus).
1. adj. Que se comporta de un modo inhabitual.
2. adj. Extraordinario, poco común o frecuente.
3. adj. Escaso en su clase o especie.
4. adj. Insigne, sobresaliente o excelente en su línea.
5. adj. Extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse.
6. adj. Dicho principalmente de un gas enrarecido: Que tiene poca densidad y consistencia.
de raro en raro.
1. loc. adv. raramente (‖ de tarde en tarde)
Real Academia Española ©
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Vamos, que si nos detenemos a analizar las distintas acepciones de la palabra "raro", podríamos llegar a la conclusión contraria, esto es, ser raro es algo extraordiario.
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Te presentabas en tu primer post como alguien singular, con personalidad, y permiteme destacar, aparte de la tristeza de la injusticia vital continua a la cuál aludías y que, en cierta medida, compartía, esa ilusión que se tiene de un nuevo proyecto común, que esperas que se dilate en el tiempo.
Pensarás que hay una bipolaridad de pensamiento y, de alguna manera, tendrías razón si comparas la conversación mantenida ayer con lo que hoy vengo a exponer precisamente aquí. (Recalco la ubicación, "aquí"). Por otra parte el ser humano es dual en muchísimos aspectos, por no decir todos. Así que no caigo en rarezas a este punto. Soy rara hasta para no serlo, jajaaaa
La vida continúa, unos vienen, otros van y aquéllos se van. Unos definitivamente, otros como el Guadiana. Todos en su derecho. No hay medallas, ni premios -a este punto recordaré que sí recibí uno, que agradezco por bien nacida-, ni agradecimientos, ni nos hacen falta. La cuestión es si queremos seguir con nuestra actividad, en ocasiones frenética, o no. Nadie nos obliga ni nos coarta la libertad, nadie ni nada nos impide o impulsa; ni aplausos, ni abucheos. Los unos innecesarios; los otros se van hundiendo en su propio lodo.
No se intentan logros mágicos ni filosofías profundas, solo se comparte y siempre que se quiera y pueda. ¿Merece la pena? ¿Importa si la calidad de lo demás es igual, inferior o superior? No hay podio de honor, ni existe el desprecio y si lo hubiere, siempre nos quedaría el no hacer aprecio, que, visto lo visto y comprobado lo acontecido, funciona a las mil maravillas.
Admiro la inteligencia bien aplicada. Por algo me gusta debatir contigo, porque amén de tener puntos de vista lejanísimos en mil temas, base fundamental y necesaria para crear el clima de sana polémica, el respeto y la buena educación que te caracterizan, hacen que la agria discusión no nazca entre nosotros, que podamos departir de todo y en todo momento... días, meses, años, pasamos el primer lustro y seguimos. Increíble. Nadie nos lo podría haber anunciado hace seis años.
No somos precisamente monárquicos, con lo cuál, las coronitas, salvo en forma de cerveza (y ya ni eso) nos importan un pimiento. ¿Cuál es pues la motivación? Quizá solo se trate de nuestra presencia, que no es poco, sino mucho, muchísimo. Entre difícil y complicado se halla el asunto de encontrar un interlocutor leído.
No comparto tu extraordinario interés por los temas económicos, nunca lo vi como método de vida, ni tan siquiera entendía la necesidad o la posibilidad de la entrada de habichuelas por medio de la especulación y la buena inversión. Uno se plantea la vida, como la sociedad te la ha presentado. De origen, no se nace anti sistema y te vas acomodando a tener un trabajo fijo, un salario bien remunerado, que te permita ciertos lujos, más allá de la mera nutrición y vestido.
Pero soy consciente, a pesar de todo lo expuesto, que antes o después, todo lo que empieza, acaba. No me gustó nunca el juego absurdo y pueril de hacerse el interesante o terminar mis alocuciones/mensajes con preguntas al aire, a ver si a ese vuelo, se caza algún ave rapaz o pajarillo pintoresco.
Suena a hacerse el encontradizo, no me lo negarás, jajaaa y nunca me dio por ahí, si iba en serio a conocer a alguien. Se me educó de otra forma y me da que, hasta dónde nos hemos conocido, podría afirmar lo mismo en tu caso.
A una fiesta se está invitado o no y en caso afirmativo, se toma la decisión de acudir o evadir amablemente el evento. Lo que tengo meridianamente claro es que si acepto la invitación y voy, no me quiero quedar relegada a un rincón del salón de baile. Y me suele ocurrir que cuando salgo a bailar, tampoco voy a quedarme esperando a que me saquen, ;-), lo que me rodea no me satisface. Miro, observo, denoto y pocas veces (casi nunca) me quedo absorta contemplando lo que no llamaría mi atención en otro ambiente.
De ahí el planteamiento que te expuse telefónicamente. Soy consciente de que a la pregunta "por qué", se puede responder con otra inversa: "¿Y por qué no?" Me quedo con que, malo fue, haberse planteado ya varias veces el primer por qué, aunque no tenga una respuesta clara a la segunda pregunta.
Concluyo brindando con algo raro. El color de tus cangrejos me lo recordó y en ese preciso momento, pensé en crear un espacio distinto, poco frecuente, raro... Tan raro como la vida misma, como la que suscribe, como cada ser humano que es único, inimitable, irrepetible e insustituible. Cuando alguien se va y no vuelve, por muchos que vuelvan o aparezcan en escena, nunca serán quien se fue. Es valioso el momento en que nos conocemos, valiosa cada persona, cada frase, cada experiencia, cada sentimiento... Por su rareza precisamente.
Elevemos nuestras copas. Por nuestro casual encuentro, por nuestro largo lustro de conversaciones prácticamente a diario, por nuestra despedida que cuando llegue, espero no sea nunca un hasta nunca.
Comentario a la foto:
"Un equipo formado por jóvenes sin tradición vinícola, veinteañeros sin horarios ni una oficina fija y que no son empresarios. Son creadores: diseñadores, músicos, informáticos e ingenieros. A pesar de ello, fueron necesarios dos años de investigación y la ayuda de dos organismos de tecnología alimentaria para que este equipo de seis jóvenes emprendedores españoles creara y llegara a comercializar Gik, el primer vino azul.
Un vino que tiene un sabor dulce y un característico color azul índigo, y que sus impulsores lo definen como “suave y apto para cualquier paladar”, añadiendo que este novedoso vino “no se adapta al gusto de expertos catadores ni entendidos del sector, sino al de personas normales. Es dulce y fácil de beber, con un sabor accesible a todos”.
Sus creadores aseguran que “mientras todas las variedades de vino existentes se aferran a normas tradicionales sobre cuánto, dónde y con qué comidas beberlos, Gïk carece de reglas. Se bebe en el momento, lugar y situación que apetece”.
Y es que el equipo está compuesto por jóvenes sin tradición vinícola. Veinteañeros sin horarios ni una oficina fija. No son empresarios; son creadores: diseñadores, músicos, informáticos e ingenieros. ¿Por qué? “Gïk nace por diversión. Para agitar un poco las cosas y ver qué sucede. Para crear algo nuevo. Algo diferente. ¿Por qué un vino azul?, te preguntarás. ¿Y por qué no?” comentan estos emprendedores.
Diferentes uvas y bodegas
Respecto a su elaboración, gracias a la flexibilidad que ofrece utilizar un proceso que cambia el color y el sabor, el vino azul se produce y embotella en distintas bodegas y utiliza diferentes tipos de uva, incluso mezclando tintas y blancas, por lo que carece de Denominación de Origen.
Y en cuanto a su comercialización, se vende en la mayor bodega del mundo: internet, a través de esta dirección. Detrás de la marca comercial se esconde un concepto que explica la existencia del producto, ya que sus creadores defienden que Gïk “no es un vino azul, sino la representación de lo que más nos mueve: la rebeldía creadora”. Es por eso que uno de sus propósitos es ayudar a que las personas creen e innoven en cualquier disciplina que suscite su interés creativo (música, arte, moda…).
Por otro lado y gracias al heladero gaditano Carlos Sancho, el mundo de la gastronomía cuenta con un nuevo helado transgresor: el primer helado de vino azul. La heladería gaditana Per Piacere ha desarrollado un nuevo sabor a partir de esta bebida: un helado dulce, con toda la esencia de Gïk y de un llamativo color azul."
Fuente del comentario y fotografía:
http://diariodegastronomia.com/gik-el-primer-vino-azul/
Un abrazo extraordinario, raro.
¡Sed muy felices! (Con la alegría que solo puede nacer del corazón y que algunos confunden con la sonora a la par que vacía carcajada estéril)