Según empiezas me has recordado a una actriz que dijo que un escritor le encantaba, pero que no había leído nada de él. Entonces le pregunté al viento: ¿Qué es lo que le gusta de un escritor? ¿Su cara bonita? Puede ser, claro.
Me sonó raro. Un tanto frívolo. Bastante.
Quien presume entre risas y sonrisas de no haber leído jamás, no leerá jamás.
También es cierto que muchos leen por obligación sobre el tema con el que ganan sus habichuelas y no tienen tiempo para más, ni lo quieren sacar. Puedo llegar a entenderles. Por ejemplo, estuve unos años traduciendo y cuando terminaba... lo último que me apetecía era coger un libro en ese idioma, porque no podía concentrarme. Continuamente intentaba pasar frases de un idioma a otro, defecto profesional o manía. La cuestión es que perdía el hilo por encontrar un dativo o un genitivo en la frase. Ha sido la época de mi vida que menos he leído.
Antes sí que leía un par de libros a la semana. Dos. Quizá porque tampoco tenía ni más tiempo libre, ni más ganas. Cuando te sientes cansado, lo único que realmente añoras es dormir de un tirón toda la noche. Me ha costado mucho recuperar ese ritmo de vida. Distribuir mis horas como realmente me apetece. Ni es fácil conseguirlo, ni siempre te lo puedes permitir.
No soy de tirar la toalla con alguien que lee poco. El otro día te lo comentaba. "Y si no lo quieres comprar -porque eres una rata-, te lo regalo yo, ¡ea!, pero quiero que lo leas, porque sé que te va a venir como anillo al dedo". Luego sí que le da para anillos, para una nueva correa para el chucho, para ir a la pelu a teñirse las canas...
Cuestión de prioridades.
Uf, eso del "espíritu del hilo" me ha sonado a que Versada ya ha entregado su cucharilla. No me asustes.
Esa es otra lección aprendida. En ocasiones no oía voces, difícil aquí; ni sentía presencias, más que las evidentes, que dejaban su huella escrita, una y otra vez. Y no me daba cuenta de que las paredes oyen. Incluso las paredes que no se ven ni construídas, también ellas pueden leer.
No. Ni aquí, ni allí. Hay temas que no. Yo, por lo menos, no. No solo por exigencias del guión o del contrato. Considero que bastante tengo con ir eligiendo mis caminos, enmendando errores del pasado, excesos de confianza, como para ir marcando el de otros, moviendo sus rótulos indicativos. No. Tajantemente.
Echar la manita, vale, en otra dirección. Que esté el Barbudín presente y le echo la manita y lo que quiera, jajajaa.
Doctores tiene la iglesia. Con ella no quiero topar, sin un conocimiento profundo del tema. No se trata solo de si esto o lo otro, sino de con quién tratas. Cada persona es un mundo y su mundo no tiene por qué coincidir con el mío.
El 88 es un misterio sin resolver. Te aseguro que no lo entiendo. Solo porque se haya generado un interés concreto, tampoco es para ponerle puertas al campo. Sobre todo siendo quién es el generador de interés. Chico, lo que comentábamos: los detalles no se cobran y hacen la mejor de las publicidades.
No es cuestión de rememorar tristezas. Ahora bien, si hay que hacer memoria, se hace. Y tampoco te has casado con ellos. Hay miles de publicaciones, de allí, y de tu allí. De otros muchos "allíes"... No es necesario volver a entrar por la misma puerta, sobre todo cuando sabes ya de antemano, que si pierdes la llave, no se van a molestar en sacarte copia.
Al enemigo o poco amigo que huye, puente de plata. Al poco detalloso, se lo pondremos de cobre, con tal de que se vaya, me da igual el material.
Ahora tiene poca barba. Sucumbió a los encantos del astro rey de julio en el Mediterráneo.
¡Sed muy felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.