Estoy segura de que si supiera todo lo que hemos hecho por encontrarle ni nos mordería los primeros meses...
Oye, que entre una cosa y otra he mirado unos 30 criaderos y unas 6 camadas particulares.
Agotados quedamos los dos.
Incluso llegamos a pensar en cambiar de raza y todo y me vi otros 10 criaderos de otras razas. ¡Una auténtica paliza!
Y la primera vez que vimos a Bim, encima a Karl no le gustó demasiado porque es de pelo corto y no es demasiado grande, como le gustan a él. Encima va a ser rubito como la madre... ¡Todo eran pegas!
Pero a mí me mordió nada más verme... ¡¡y me enamoré!! Al volver por segunda vez a echarle un vistazo más a fondo y a hacerle fotos, le mordió a Karl también. (A mí por descontado porque tengo como un imán para perros y gatos). Entonces fue Karl quien díjo: "¡Éste!"
Un saludo
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.