Ay, gracias, me acabas de informar de que hoy empieza el finde, jajaja. Esto de vivir incomunicada de la realidad social y no saber en qué día vivo es un problemón, jajjaaa. Llega el finde y no me alegro más que un martes. Quizá es buena señal, significa que siempre soy igual de feliz.
Pues nada, ¡feliz finde a tí también!
Es lo que comentaba, "antes" era como dices, ¿por qué voy a pensar mal de un asesor que además es amigo de mi padre y le conoce desde hace dos décadas?
"Ahora", es decir, después de haber vivido esta experiencia, que nunca piensas que te va a tocar hasta que te toca, pienso ¿por qué voy a pensar bien de un asesor que nunca fue amigo y que por un bonus de mierda es capaz de vender a su madre?
Eso, que las circunstancias de la vida, sobre todo las malas experiencias, te van cambiando.
Confías en una persona, te falla una vez y bueno, puede ser por casualidad, todos somos humanos; la segunda empiezas a dudar, en fin, vale, tragas, quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra; la tercera te empieza a molestar, se puede ser bueno pero hay una muy leve frontera entre ser bueno y parecer idiota... y la cuarta, rompes la confianza depositada y deja de existir la posibilidad de ser amigo uña y carne.
Hay personas que con el primer roto en la confianza, no buscan hilo ni aguja y consideran que nunca volverás a confiar plenamente en el otro.
Como tú misma dices, con la gente que no conoces, de entrada, mantienes la distancia. Pues viene a ser lo mismo que estoy diciendo yo. Con cierta edad ya no te abres como cuando eras niña, inocentita, que "tolmundoeragüeno"
Por mucho que te enrolles, a mí no me vas a asustar, jajajaaa, ;-)
Un saludo cordial y lo dicho, ¡buen finde!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.