Re: Me voy a Lisboa
Buenas tardes,
¡Qué alegría verte por aquí! Al final los lunes van a ser maravillosos también, no solo el finde...
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¡Vaya que si son bonitas las flores de esta tierra! No en vano Valencia (entiéndase toda la Comunidad Valenciana) ha de ser la Tierra de las Flores, como dice la canción, ¿verdad?
Ni me hables de la adelfa, en alemán es Oleander, como la especie taxonómica. Después de haber rodeado toda la finca con adelfas, decidimos tener un perro aquí. Sinceramente, al plantarlas ni me planteé que eran venenosas, por la sencilla razón de que no se me ocurrió ni imaginar que íbamos a quedarnos a vivir aquí y que para los perritos sería su hogar... y un peligro para ellos.
De todas formas, para eso está la educación y una vez enseñados que "eso, caca", jajaaa, ya no se molestan ni en olisquearlas...
En cualquier caso, para "tranquilizar" al corazoncito, utilizaría muchos otros glucósidos antes que la oleandrina, ;-)
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Chico, como sabes, he vivido muchos años de mi vida en Centroeuropa, también en el Norte, y sí, de acuerdo, tienen frondosos paisajes, aún más pasados por agua que en mi tierra natal, pero qué quieres que te diga, todo tiene su encanto.
Hoy precisamente he dado tres paseos enormes, tengo ahora mismo los pies que ni los siento. El primero de ellos ha sido entre higueras, limoneros, naranjos, granados... Como te puedes imaginar el típico colorido mediterráneo, solo me ha dado penita ver tanta fruta desperdiciada..., y qué me dices de los aromas, únicos, tan agradable ha sido el paseíto al sol con los perros que no he podido dejar de aprovechar la ocasión de dar gracias a Dios, te lo aseguro, me ha salido de dentro...
(Esa fruta que se cae y nadie recoge me ha dado una idea. La tengo que meditar pero espero que funcione. Solo me hace falta ponerme en contacto con una persona que suele ayudarme con estos temas. Si funciona, ya os lo contaré.)
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El paisaje del Norte es muy diferente, los paseos con los perritos también son un placer, pero esos bosques de coníferas tan verdes, tan bonitos, que comentas en tu post, tienen un problemón, la humedad excesiva, tiene un aroma característico y no es tan agradable al cabo de un rato, satura un pelín, por lo menos a la que suscribe estas líneas. Sobre todo fregar los suelos a diario de cómo llegan los perros a casa, cansa que no veas, jajaaaa.
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Con la importancia que le dan en la tienda de Loewe en Bilbao a sus dos adelfas (una y dos), que por cierto, los vándalos nocturnos borrachetes, las tiraban al suelo, solo por el placer de romperlas y terminaron metiéndolas dentro de la tienda. ¿Quién me iba a decir a mí entonces que muchos años más tarde iba a tener un jardín de clima mediterráneo cuajadito de baladre? ¡La de vueltas que da la vida, compañero!
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Estoy total y absolutamente de acuerdo contigo al respecto de lo que comentas de los cuadernos Rubio.
A mí me parecen extraordinarios. Mi madre nos los compraba todas las vacaciones, pero todas y nos ayudaba cuando se nos planteaba algún problema "irresoluble", ella o mi padre. Cada año de un nivel, con distintos temas. Y los Edelvives, no sé si seguirán existiendo estos últimos, a mí me encantaban. Es que me lo pasaba bien, te lo aseguro.
Lo que sí te puedo decir es que tanto mi hermano como yo aprendimos a leer y escribir y a hacer nuestras primeras cuentas en casa, y cuando llegamos al cole, el golpe no fue tan duro. Como los primeros conocimientos ya los teníamos, solo nos quedaba abrirnos en sociedad y hacer amiguitos.
Sinceramente, hablo con el corazón ya que no puedo hablar con la experiencia personal, ya que no soy madre, como sabes, pero creo firmemente en que la educación ha de ser algo compartido entre padres y educadores. Me parece bien que cada maestrillo tenga su librillo, pero los padres juegan un papel importantísimo en la educación de los hijos, creo que así debe de ser para una formación integral del niño y si una profesora te dice que no utilices los cuadernos Rubio, que a tí y a tu mujer os ayudan para mejorar el aprendizaje de vuestra hija o simplemente facilitárselo, tampoco yo le haría ni caso.
Lo importante es que el objetivo primordial se consiga y este es y debe ser que la niña aprenda, el cómo no debería ser cuestionado, sobre todo un cómo tan lógico y por el que hemos pasado una generación entera y más...
Ni me plantearía dejar de utilizar los cuadernillos. Si tú ves que a la niña le vienen bien, adelante. A nosotros no nos hicieron mal alguno y también fuimos niños. Más bien todo lo contrario, ¡nos ayudaron y mucho!
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Veo que tu niñez ha sido muy valenciana, muy mediterránea, con buen tiempo y baños frecuentes. ¡Qué suerte! Mis baños se limitaban al mes de vacaciones de mi padre, cuando íbamos como te conté a Cantabria o a La Rioja y el resto del verano con suerte a una piscina climatizada de Bilbao o en el Club de Campo, jajaaa. Y la jornada siempre acababa con nubes...
También te digo que nunca imaginé que iba a echar de menos el cielo gris, la lluvia, el sirimiri y esas tardes tomando chocolate con churros en una típica chocolatería de Bilbao.
Ahora van y me cierran la de Valor, ¡vaya! Menos mal que estoy a dieta, que si nooooo, grrrr... jjaaaa
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Me temo que el juramento de pasarnos el día en el agua de adultos, lo hemos hecho muchos niños, junto con otros cuantos deseos imposibles, inalcanzables en aquella época por falta de libertad -dónde manda capitán no manda marinero- y ahora por exceso de responsabilidad -dónde manda capitán, él se autocensura, jajaaa-.
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Estoy contigo, nuestra infancia fue muy diferente a la actual de los niños/jovencitos, pero inmensamente feliz.
¡Ay, las aventuras del Los Cinco! Las tenía mi hermano y se las intercambiaba por Mujercitas, La Doncella de Orléans, compartíamos con cariño y devorábamos con fruición nuestras colecciones. Algo que nos apasionaba a los dos era "El guerrero del antifaz" ¿Recuerdas? Me habré leído sus tomos, buf, ni sé la de veces, jajaaa.
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Sinceramente, no eché de menos a los chicos en aquella época. Pero para nada. Fui muy niña en mi niñez. En esta vida hay tiempo para todo, no hay por qué apresurarse. Cada cosa a su debido tiempo. Todo llega, todo pasa... Poco a poco nos vamos haciendo mayores, ¡qué bonita es la vida cuando se vive sin prisa!
A veces me pregunto a dónde va esta generación, una velocidad de vértigo, para llegar al mismo sitio que llegamos nosotros, ¿o no? (Me lo estoy planteando yo misma también).
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No sabes cómo disfruto cuando leo tus posts. Evoco el recuerdo de épocas ya pasadas, toda una vida. Mi niñez fue dulce, -a pesar de todo- y hoy, al recordar las colecciones de libros, los TBOs, el Doctor Franz de Copenhague..., inevitablemente he pensado en un recuerdo precioso: Mi hermanito sentado en su sillita y yo en el regazo de mi padre. Era todavía muy pequeña -de edad, de tamaño sigo siendo pequeña, jajaaa-, aunque ya podía leer. Un ratito le tocaba leer en alta voz a mi hermano, otro a mí y otro a mi padre. Mientras tanto mi madre acompañaba a su tía con las labores, cosiendo, haciendo punto, repasando ropita y también preparando cestas de ropa para los niños necesitados de la parroquia. ¡Gran lección de vida! La verdad es que cada vez que pienso en ella, me doy más cuenta de la maravilla de madre que he tenido... ¡y de padre que tengo!
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Has conseguido emocionarme otra vez. Ahora te voy a tener que dejar, se me han empañado los ojos, pero tranquilo, no es de tristeza, más bien todo lo contrario. Me gusta poder seguir los pasos de mi madre, de mi padre, seguir viva iluminada por los angelitos que ya se fueron y que quiero pensar y creer que siguen ahí, pendientes, velando nuestro sueño, animándonos cuando desfallecemos, orientándonos cuando nos encontramos perdidos.
¡Qué bueno es pararse un momentín del ajetreo cotidiano y reflexionar, volver la vista atrás y disfrutar también del pasado! ¿Por qué no? ¡Es maravilloso!
Mecachislamarsalada, ¡¡¡que no veo la pantallaaaa!!!
Un abrazo fuerte y mil gracias una vez más... ¡Hasta pronto!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.