Del caimán tiene algún que otro polito, pero porque se lo compro yo, y los lleva a regañadientes, como voy yo a comprarle la ropa, no le queda otra que ponérsela o salir en paños menores, jajaaa. Pero si de él dependiera, te aseguro que no llevaría ni caimanes, ni señorines jugando al polo, ni laureles cesáreos en el pecho. ;-)
Fríamente, si te paras a pensarlo, realmente es una estupidez llevar el nombre de una prenda en el pecho. Es de estas normalidades artificiales impuestas por la moda y por los diseñadores de la misma, volvemos a quién hace la ley a su conveniencia, sea ley, moda o manía, ;-)
Sí, la peña es clasista y clasificadora. No imaginas (o igual ya sí) qué mal me caen, me sienta, esta gente que antes de preconocerte, no vaya a ser que pierda su valioso y pijo tiempo en conocerte, ya te está haciendo rayos "X" a tus orígenes, la profesión de tus padres, luego de tu pareja, la tuya, dónde trabajaban/trabajáis y si no trabajas fuera de casa, si es porque te despidieron -pobrecita- o porque te lo puedes permitir y olé, con lo cuál, empezarías a caerles mejor; que si cuánto heredaste, porque algo heredarías, casas, coches, qué me enseñas, que sea algo que yo ya tengo porque si no te tendré que odiar a partir de ya; cuánto ganas y cuánto puedes gastar -sobre todo invitándome/nos-, y así podríamos seguir con los clubs de sociedad que frecuentas y pasar desde los deportes que practicas, que no es lo mismo golf e hípica que petanca, jajaaaa, hasta llegar a la ropa de cama de tu perro, que el mío duerme en colchón de Pradoverde Parisién... No me toquen los pinreleeeessss, ggrrrrrr... y luego el chucho come los restos de la mesa que no se ve, con los restos de la mesa de antes de ayer. ¡Venga ya!
Tengo que reconocer que mis amistades, las de siempre, que son las que perduran con el paso del tiempo, por eso son las de siempre, claro, ;-), no son así. Si fueran así, ya no formarían parte de mi club social de coleguitas, evidentemente, pero sí que es cierto que hay mucho imbécil suelto, quizá con esta crisis económica tan fuerte, a muchos se les haya pasado la estupidez supina del susto, no lo sé, pero alguno queda, doy fe de ello. Se nota mucho en las tiendas caninas.
Hace cosa de dos o tres meses, igual más tiempo, necesitaba unas pipetas para los chuchis y me encontré con una mujer comprando ropa para el pequeñito, uno igualito, ejem, que el de "La Paris Hilton" (sic). Y la mujer diciendo a la vendedora, ¡con la foto del chuchito en cuestión en la mano!: "Quiero un trajecito igual que éste, para que en el barrio me llamen La Hilton y se mueran de envidia".
Me ves mirando hacia arriba, abajo,izquierda y derecha, escondiendo mi cara, porque estaba a punto de explotar una sonora carcajada, de estas que dicen maleducadas, pero chico, ¿qué quieres que te diga? Con la que está cayendo a la vuelta de la esquina, aquí al ladito, en muchas de nuestras familias, conocidos, amigos, vecinos, etc. como para estar pensando en fomentar la envidia ¡¡por un puñetero trajecito de perro!!
Sinceramente, con el corazón herido en la mano, no creo que esta gente se pregunte en qué condiciones trabajan los que confeccionan los trajecitos, ni los de perro, ni los de persona... Tampoco que les importe demasiado, vaya...
¿No dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos? Es una gran verdad. Se va demostrando con tónicas, con crecepelos, con de todo...
Ya sabes que no me caso con nadie, ya lo hice una vez y me costará repetir, ya te lo digo. Te ha quedado muy bonita la frase, por mi parte solo puedo añadir que quien no me echa de menos, me echa de más, ;-) y quien me echa de menos de verdad, ya me lo ha hecho saber privadamente y por lo tanto, se siente cerca, luego ya no les echo de menos, lógica aplastante karliconiana.
Lo cantaba tu paisano en "La vida sigue igual": "...Al final, las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual..."
Y seguía la fantástica canción: "Pocos amigos que son de verdad, cuantos te halagan si triunfando estás, y si fracasas bien comprenderás, los buenos quedan, los demás se van..."
Así que unos se van, otros vendrán, unos volverán, otros se volverán a ir, algún día también me iré yo, es la ley de la vida, pero no me echarás de menos, porque mantendré el contacto, mientras tú quieras. Solo escucho una vez "no me vuelvas a llamar". Creo que lo dejé muy claro hace tiempo.
El siguiente texto no es mío, de ahí las comillas: "Aprendí que quien no te busca no te echa de menos, y quien no te echa de menos, entonces no te quiere. Que la vida decide quién entra en tu vida, pero tú decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez y la mentira duele siempre. Por eso, valora a quien te valora y no trates como prioridad a quien te trata como una opción." (De Eres la razón de mi sonrisa, blogspot)
Un abrazo, ya extendí el tuyo para que le llegara a Barbudín, quien te saluda amistosamente con una sonrisa desde el otro lado de la habitación.
¡Sed felices!