Mira, suelo entrar en facebook de vez en cuando a charlar con las amistades reales que, de otra forma no podría ver nunca. Personas que conocí en el colegio, en la uni, en diversos puestos de trabajo, de aquí, España o de fuera. En esa red social, se suben de vez en cuando "frasecitas", las suelo denominar filosofía de barrio, jajaaaa, que a veces son una soberana estupidez y otras, te hacen reflexionar un tanto...
Recuerdo una con una imagen muy graciosa que venía a decir que no debíamos intentar gustar a todo el mundo, ya que era exigir un imposible. Y es una gran verdad...
Una de las lecciones más importantes que he aprendido en mi vida, por supuesto también en la virtual se pone de manifiesto día sí, día también la misma realidad; es que no se puede gustar a todo el mundo.
Eso implica que muchas veces no conseguimos llegar hasta quienes deseamos llegar y otras veces significará que recibiremos críticas, algunas de ellas nada constructivas, más bien todo lo contrario y envueltas en palabras entre "poco educadas" y grotescas, faltando a la verdad siempre, ya que, entre otras cosas, ni nos conocen, ni tienen puñeteras ganas de conocernos. Mejor así, no merecen la pena, ni nuestro tiempo, ni nuestra dedicación. Son tan infantiles que creen conocernos, solo por leernos a diario. ¿Qué saben de nuestras vidas realmente, qué comparten con nosotros? ¡NADA! Y aún así, son tan soberbios que siguen creyéndose en posesión de la verdad absoluta.
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Te voy a contar mi historia foril, para que veas que no estás solo frente al mundo. Muchos les sufrimos a los "trolles" en silencio, cuál hemorroides, jajajaaaa
Cuando empecé a navegar por estos lares, confieso que mi único interés era ayudar a mi padre a salvar algo de lo que le habían ""presuntamente"" estafado con un pésimo consejo de su asesor en el Satander. Pronto me di cuenta de que contando la verdad, mi experiencia, chocaba de frente con simpatizantes del banco, con incrédulos, con gentuza -sin perdón de Dios ni de nadie- que solo entraba aquí a faltar a los demás, que se divertían con el sufrimiento y la tragedia ajenas, te encontrabas también con vendeburras, bueno, con de todo ;S...
Me costaba entender cómo podía existir alguien que no se creyera mi historia. ¿En qué cabeza cabe entrar en un foro de Economía y Finanzas sin tener ni pajolera idea de ninguno de los dos temas a contar una Caperucita Santanderina? ¡Si es de locos de atar! ¿Acaso se aburrían en casa y en sus mentes sí que cabría tamaña imbecilidad? (Pues véte tú a saber, igual sí, hay gente pa tó... Pero de esto me he dado cuenta bastante después...) ;-))
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Y esa es la receta más rápida para el fracaso, el intentar entender a todos los demás, poniendo en sus mentes y en sus almas, pensamientos y sentimientos personales, míos, tan míos, tan íntimos, que jamás -sin haber sufrido una estafa y/o sin tener la empatía suficiente- iban a llegar a entender, ni a creer; esperando que sus reacciones fueran similares a las mías cuando me enteré de la fechoría que le hicieron a mi padre estos hijos de Satán.
Misión imposible. Entonces me percaté una vez más de que "yo soy yo y mis circunstancias" y ni se iban a poner en mi pellejo, ni iban a vivir mis circunstancias como propias, en sus carnes y en sus huesos, ni en sus almas, ni iban a derramar lágrimas de impotencia, de rabia, de ira contenida por no poder ayudar a mi padre.
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Como soy una luchadora nata y a tesón me ganan pocos, intentaba una y otra vez explicarme, relatar lo sucedido con pelos y señales, para que se me entendiera definitivamente, para que vieran que no mentía. Algunos incluso me preguntaban detalles en distintos hilos -y creo que hasta con diferentes nicks- para ver si conseguía mantener mi verdad o me pillaban en algún renuncio. Así como lo lees. Como poniéndome a prueba, intentando a ver si me olvidaba de algo... ¡¡Como para olvidarme de algo que he vivido y sentido tan dentro!! No solo yo, todos en mi casa. Era una estafa millonaria que afectaba a la economía familiar.
Cuando intentas contentar a todos, no consigues nada con nadie. Alguno incluso me llamó mentirosa. Bueno, me llamaron muchas cosas que prefiero no recordar. A mi y a mi padre, q.e.P.d.
El mundo real (el virtual forma parte del mismo) es limitado, no puedo dedicar años de mi vida a convencer a alguien que no se quiere convencer y que va a poner en tela de juicio mil millones de veces mis afirmaciones.
Y como en todo proceso natural, se impone una ley de la Naturaleza, la Selección. Al principio me resultaba "duro" pasar de unos y de otros no. Me resultaba de pésima educación, si quieres que te sea del todo sincera, jajaaaa, como si los unos no fueran ya maleducados conmigo.
No hacer ni puñetero caso a quien no me aportara soluciones, opiniones constructivas, ayuda en definitiva para mi problema fue la clave de mi éxito foril y eso que se daba de frente con mis convicciones éticas de comportamiento social. Ahí empecé a ver "la luz", a encontrar a quienes me ayudaron en la medida de sus posibilidades.
Entonces, cuando empecé a "eliminar" conversaciones insulsas con gentes insípidas, me sobraba tiempo para poder centrarme en las personas verdaderamente valiosas, válidas para mí en aquel momento y en aquel problema en concreto. Curiosamente esas personas se mantienen en contacto conmigo después de los años... ¡¡y me siguen valiendo!!
Los faltones, los incrédulos, los vendeburras... desaparecieron. Se esfumaron con sus mentiras, con sus difamaciones, con sus insultos y con su mediocridad.
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Desde mi humilde punto de vista pienso que ésa es la única manera de "sobrevivir" virtualmente, la elección, la selección y eso implica arriesgarse a no gustar a todo el mundo y admitir que no te tiene por qué gustar todo el mundo.
Al final tenemos que mojarnos, tenemos que decidirnos e implicarnos, tenemos que reducir nuestro núcleo de interlocutores foriles para intentar conseguir llegar a unos pocos, en vez de a todo el mundo mundial, pero a esos pocos llegarles al corazón. Solo así pude empezar a establecer vínculos de conocimiento virtual, comenzando a poner en práctica el sano ejercicio del trueque de conocimientos y vivencias. Tú haces algo por mí y yo estaré ahí para cuando me necesites, para aconsejarte en lo que buenamente pueda y sepa.
Y solo así, compartiendo con unos pocos muy escogidos, fueron resolviendo ellos parte de mi problema y yo aportando parte de mi conocimiento, experiencia, vivencia, etc. resolví alguno de los suyos.
Para mí ese el el fundamento de un foro de calidad como éste. Ya digo que es una mera apreciación personal, no me erijo en descriptora de la meta de todo el foro, sería una burda osadía por mi parte, nada más lejos de mi intención; pero así lo entiendo yo, por lo menos.
Con esta actitud renovada -a base de muchos palos-, he conseguido que esas personas puntuales, las que real y verdaderamente me interesan, los que son más afines a mí, quieran hoy saber más de mi vida... y con el tiempo, les siento como amigos, a pesar de que a alguno de ellos, no le haya visto frente a frente todavía.
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Es literalmente imposible pasar por este mundo gustando a todos y no recibiendo críticas y como intentar un imposible es absurdo, es mejor y más práctico aceptar esa dura realidad, evitando el contacto con quienes sabes de antemano no te quieren ni te van a respetar nunca y centrarte en quienes de verdad te sirven.
Suena egoísta, sí. Nadie dijo que el mundo fuera justo y mucho menos generoso. Cada uno se rasca sus pulgas y solo es cuestión de buscar a quien sea suficientemente generoso como para que, en el momento en que le necesites, se preste a rascarte las tuyas o a buscar junto a tí el mejor método para evitarlas.
Si alguien se empeña en que te vayas, desea no verte por aquí, intenta que no hables de lo que te apetezca hablar, procura censurar tus opiniones... o sencillamente te resulta desagradable en cada participación por sus constantes indirectas hacia tu persona, piensa que es porque eres importante, te están dando importancia, te están dedicando parte de su tiempo, de su pensamiento, sin darse apenas cuenta. Son tan ciegos que no lo ven, ni lo verán.
Incluso a veces, en su pueril comportamiento, fingen una forzada indiferencia y así solo demuestran que se obcecan contigo, en seguir criticándonos duramente por detrás, -por delante ya han visto que no tienen éxito, jajaa-, pues tomemos con sentido del humor y si se tercia, con una pequeña dosis de ironía, las críticas que nos hagan y sus infantiloides indiferencias. Cuando notan que has optado por seleccionar, se erigen en seleccionadores oficiales de su particular y absurdo equipo de conversación...
Al fin y al cabo no son más que una señal de que estamos haciendo suficiente ruido como para que a alguien le importe... ;-))) he he he