¡Buenas tardes!
Si tenemos en cuenta que el devenir del mundo no es más que una sucesión de acontecimientos con diferentes o similares circunstancias, que discurren de diversas maneras con el consecuente resultado y efecto para cosas y personas y que, aunque no esté definido un curso natural del tiempo en modas o modismos, la realidad, que supera ampliamente a la ficción las más de las veces, nos demuestra que los hechos se repiten, en distintas épocas, con muy diferentes escenarios y actores, pero que la Humanidad cambia poquito -entre poco y casi nada- no nos queda otra que aceptar y asumir que estamos condenados a repetir nuestra Historia, como un reflejo de la de nuestros antepasados, para bien y para mal.
Lo que nos induce lógicamente a pensar en que antes o después se cometen injusticias, incluso cuando se les llena la boca con la palabra democracia, igualdad y justicia... Pero sabemos por la experiencia histórica vital que la ley natural se volverá a imponer implacable, impecable, que mientras en un tiempo pagan justos por pecadores, en otro pagarán los culpables por sus fechorías, mas mientras tanto, solo nos queda esperar a la reacción social, que desde mi punto de vista por muy escandalosa que sea, ruidosa, sonora, no tiene por qué ir asociada a mayor éxito, mayores y más prácticos avances para el bien común.
Hay silencios que dicen mucho más que cien mil manifestaciones juntas, son ensordecedores, pero no por su volumen, sino por la verdad que encierran en sí mismos.
No es necesario ir hacia atrás. En eso estoy de acuerdo con Fidel y con la Biblia, ;-), avanzar es necesario, pero no todos los pasos tienen por qué ser igual de amplios ni de profundos. No por mucho surcar un camino a grandes zancadas ni por hundirse en la tierra varios centímetros, se anda en la dirección más correcta, ni se toma el atajo idóneo, en cuanto a definitivo, para alcanzar la meta propuesta. Es algo comparable y similar a los gritos desgarradores del silencio.
Nuestro paso por este planeta es solo eso, un paso. De nosotros depende el elegir qué tipo de huella queremos dejar impresa en el suelo que nos ha tocado en suerte o desgracia pisar. Se hace camino al andar, lo complicado es no salirse del mismo, una vez que hemos elegido el correcto. Nos caeremos, una y otra vez, con esfuerzo nos levantaremos y proseguiremos con la enseñanza que nos inculcó el tropiezo, habremos madurado y sabremos a ciencia cierta cómo levantarnos más rápido la próxima vez, que vendrá con seguridad. Hay que estar preparados... Tampoco es mía, ;-)
A este respecto estoy tranquilísima. Afianzándome cada vez más. Sigo caminando, en la misma línea que elegí hace años...
Un abrazo de domingo bien aprovechado
¡Sed felices!
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.