Y una vez dado el paseíto de rigor (casi mortis porque hace un frío que pela, más por la culpa de la brisa que por la temperatura en sí), prosigamos contestando a tu interesante respuesta.
Me gustaría un día entrar a debatir los principios de Göbbels (léase Goe, como Goethe, por ejemplo, que una en alemán, gusta de pecar de redicha, que no va a tener ese privilegio solo Sonso, jajaaaaa), y lo digo porque mascullan algunos hervíboros que algunas humanas, haciéndose las tontitas víctimas indefensas, han ido uno por uno, consiguiendo aplicar todos los principio del citado político, comenzando por el de simplificación y del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo. Esto es, individualizar al adversario en un único enemigo, de forma que se concentren los malos pensamientos en una sola persona (o idea) y que no sea tan trabajoso el llegar a odiarle. Si hay varios enemigos, varias brujas malas, es más cansino ponerse a analizar sus malas acciones.
Luego, es más sencillo también el contagio de esa manía dentro del grupo. Empieza a odiar uno y termina la aplastante mayoría odiando, sin saber muy bien ni por qué, ni por qué no. Incluso sin tener nada en absoluto contra esa persona o idea. Es seguir la corriente, una actividad que hacen los humanos con bastante facilidad. Hablábamos de aborregamiento colectivo y mandamasas, dentro de la misma idea común, hace tiempo, ¿recuerdas?
Otro principio es el de la transposición, que consiste fundamentalmente en cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. También a este punto cabría la posibilidad de extenderlo a expandir la amargura personal, que comentábamos en el primer post de la trilogía falaz.
El siguiente de la lista es uno que suele molar cantidubi, dubi, dubi al personal, el de la exageración y desfiguración. "Estaba casi muriéndome y no fue capaz ni de llamar por teléfono". Aiiiinnnnnsssss. Luego resulta que solo eran unos tristes moquillos propios de la época en la que los osos duermen... Así convierten cualquier anécdota absurda, por pequeña e insignificante que sea, en algo terrible, inolvidable, imperdonable, en una amenaza grave para la comunidad, léase grupo tribal conversacional.
Algo que el populacho domina es la vulgarización del lenguaje. Alegan prisa, fallos tipográficos, lo que sea. Toda propaganda debe ser popular, yo diría populista, para estar más a la moda, jajaaaa, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar, de ahí que haya que estar recordándoles constantemente, más o menos dos veces al mes, lo malo malísimo que es el adversario, enemigo común del grupo, como habíamos quedado.
Principio de orquestación.
La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas -vale, si es solo una, porque solo un error fue el cometido, mejor aún- y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto, el único existente en su imaginación o en la verdad, no he negado nunca la posibilidad de error o descuido. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad". Agárrate que hay curva. ¡Qué tremenda es la dualidad semántica, que puede hacer llegar a ser verdad lo que en origen fue mentira! Pues no, no opino igual. Si es verdad lo es y si fue mentira de base, seguirá siendo mentira, no va a transformarse por mucho que insistamos en lo contrario. Lo que sí ocurre, con demasiada frecuencia, es que el mentiroso termina creyéndose sus mentiras y el receptor de las mismas, también, aunque en un principio, le rechinen y suenen a bola de las gordas. Se cansa de pensar y termina creyéndose cualquier explicación. "¡Nadie va a estar tan majareta de mentir durante tanto tiempo!" Vuelve a agarrarte, que esto se leyó en un texto que se suponía de nuestro bando, he he he...
Al enemigo, ni agua: No hay que permitirle ni el beneficio de la duda. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, con objeto de defenderse, el público esté ya interesado en otra cosa y no le preste atención. Ya está esta otra vez con sus bobaducas y paparruchadas. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. Solo así se gana la batalla.
Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a mayor número de sitios dónde se propague la falsa información y la calumnia, mejor. Mira tú por dónde, que cuanto más analizo estos principios, más me doy cuenta de que de tonta ni un pelo. Las peores son las que van de mosquitinas muertas, XP
Y cuando parece que alguien osa aceptar al adversario como objeto merecedor de confianza y amistad, aplicaremos el llamado principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines, amiguitos, trolls públicamente definidos como tales, enemigos públicos por la causa que sea, ya digo, que no necesitan mucha enjundia para ser tratados como tales.
Nos dejamos alguno en el tintero. ¿Quién sabe si tendremos ganas de completar la trilogía existencial de la mentira caduca? Concluiremos con el famoso principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", que lo normal es pensar así, medio en serio medio en broma, la cuestión es que todo el mundo mundial opine como el mentiroso, creando una falsa impresión de unanimidad. Resulta que al final, todos contra una, nada de Fuenteovejuna, fuente-cabruna, como mínimo, XDDDDDD
Y lo más jacarandoso de todo, es que funciona. A las pruebas me remito, a esos silencios inesperados de las personas que sientes cercanas; a esas habladurías de quienes ni escuchan, ni son capaces de escuchar a su corazón; a esas imágenes grotescas que dicen mucho, sin decir nada... A nuestra propia realidad vital.
Costillo nos ayudó a dibujar los asteriscos, jajaaaa. Que si por él fuera, ni podría utilizar su nombre de usuario. Agradecemos tu detalle, con una sola estrella no sé si se sale de cabo, jajaaa, pero bueno, no importa, no me permitieron hacer el servicio militar por guapa, ;-)
No, no tengo intención de crear otro perfil de usuario. Si los "others" son perezosos para intentar dilucidar la que se les viene encima, nosotras nos reservamos el derecho de utilizar el nickname del Costillo, que encima, ya lleva un caminito recorrido. Lo que tendremos que pensar es si nos gusta su firma o preferimos la que dejó Karli en sus escritos para la eternidad, que dicho sea de paso, además de preciosa es una verdad como un templo. Supongo que la repetición de firmas de otros autores, sí que estará bien vista y aceptada por los mandamases del reino foril.
Hago extensiva tu felicitación a la otra autora, que me dio unas pautas con unas líneas a desarrollar. La materia grisácea, no gris, que aplicó la citada Bibliografía al/os caso/s en concreto, fue de los de siempre. Por eso salió como salió, claro, jajaaaaa
Un abrazo compartido, esta vez por partida triple, a modo de abrazo trilógico, ;-)
¡Sed felices!