No quiero escribir lo que pienso de este banco. Sencillamente porque hablar de este banco me hace daño. Y porque no pienso bien.
¿Recuerdas la persona economista que te comenté, con la que hablé antes de la crisis, cuando se avecinaba todo, pero la gente de a pie no sabíamos nada todavía? Ella me dijo que el BBVA saldría refozado y que el Staf todo lo contrario.
No lo sé, no tengo bola de cristal, pero el colorao ha hecho todo lo posible porque sus clientes generacionales no les queramos ver ni en pintura. Ellos mismos.
Pisan al viejito, se ríen del accionista, destrozan los ahorros de familias, te pudres pagando comisiones exageradísimas, no te pasan ni media, te torean cuando vas a solicitar un documento, ¡¡¡Me hicieron esperar con la órtesis torácica sacándome de la fila, que religiosamente había esperado!!!
Luego que no se extrañen si me entran náuseas cuando pienso en ellos.
Lanzarán la acción a los infiernos cuando les venga en gana. Saben que tienen cientos de miles de familias pilladas, como dije el otro día, media España se afecta con ellos, por no decir tres cuartos o más.
He tenido que escuchar frases durísimas de trabajadores de esa entidad del diablo.
Y me dirás que no tiene nada que ver. Yo, como soy de escuela antigua, pienso que tiene que ver y mucho.
Una empresa sin corazón, tiene acciones sin alma.
Dije lustros y lo mantengo. (No me vale el contrasplit, bueno contrasplits, que serán en plural)
Un abrazo, que no gusta de hablar de esta entidad que se ríe de los muertos y baila sobre sus tumbas.
¡Sed muy felices!