Hoy estamos de cumpleaños. Nada más y nada menos que diecinueve añitos o añazos, según se quiera ver. ¡Cómo pasa el tiempo! Y parece que fue ayer. Fue un lluvioso día, no paró de jarrear en toda la mañana, hacía bastante frío pero el corazón y los ánimos estaban ardiendo en aquel momento. El maletero hasta arriba de bombillas de colores. Este año íbamos a vestir al árbol más grande del jardín de fiesta. No estaba de Dios, claramente.
Villarejo de Salvanés, (Comunidad de Madrid), 13:13h, si fuera supersticioso, diría que fue mala hora y sin embargo, fue un instante único en el que te das cuenta de que podría haberse terminado todo y por alguna extraña razón, que no logro a comprender, tuvimos una segunda oportunidad. La dirección falló, afirmado por el técnico del desgüace, por la Guardia Civil aceptado y por la firma que puso a la venta el automóvil. Volando fuera de la autopista, tres vueltas de campana hasta que el coche decidió que debía parar en seco. Siniestro total. Para piezas, no todas, claro.
La grúa llegó pronto, nos informaron que la llamaban el buitre... Lo agradecí. A la ambulancia hubo que esperarla un tiempo todavía.
No hizo falta prueba de alcoholemia, era evidente la causa.
En el Gregorio Marañón se portaron de lujo y agradeceré de por vida el humanitario papel de médicos, enfermeras, todo el personal hacía alarde de una psicología bien estudiada. Eran días de fiesta, laborales para muchos, para la mayoría, para todos allí. No valoramos suficiente al personal sanitario ni a todos aquellos profesionales de guardia en sus respectivos trabajos. ¡Mi más sincera felicitación y agradecimiento a todos ellos!
Un mes largo de convalecencia y secuelas de por vida en alguno de los pasajeros. Otros milagrosamente, nos fuimos casi de rositas. Psicológicamente, gracias también a los grandes profesionales de ese hospital, también salimos del bache.
Cuando escucho que hay que hacer recortes en Sanidad, en Investigación, en Educación, me hierve la sangre. Reconozco que de dónde no hay no se puede sacar, y si no hay dinero, hay que apretarse el cinturón. Hay recortes necesarios, de acuerdo, pero analicemos el por qué. El Estado no es más que una gran familia y como en toda familia, si te quedas en el paro, tienes que limitar gastos supérfluos, gastos extras... Pero en la gran familia del Estado no se aprietan el cinturón los que andan más sobrados con el dinero de los demás y eso es injusto. Porque no es su dinero, porque no se lo regalamos cada año, cada mes... para que hagan con él lo que les venga en gana.
Sí, como decía, hoy estamos celebrando diecinueve años de vida, de una segunda oportunidad. No nos olvidemos nunca de quienes no tuvieron tal dicha, tanta suerte, una nueva cita con la vida para llegar a la Vida.
Cuando tomamos conciencia de la suerte que tenemos por seguir aquí, pudiendo ayudar a los demás, sin faltar al respeto a nadie, ni directa ni veladamente, si supiéramos perdonar las ofensas de corazón, sin aplaudir ni justificar el odio a quien peor nos cae o nos acepta, sabríamos vivir en comunidad, en democracia, no necesitaríamos clasificaciones, ni direccionamientos éticos, ni leyes absurdas, ni aplicación arbitraria de la ciega justicia con minúsculas.
Un saludo cordial
¡Disfrutad del presente y hacédselo disfrutar a vuestros prójimos, para que el futuro de todos, sea Feliz con mayúsculas!