La relevancia de todo esto para los depósitos es que nada es gratis, y de algún sitio tiene que salir el dinero. Y me temo que si estas opciones populistas llegasen al poder sería a costa del depositante.
Primero, recuerda que en 1992 con una crisis parecida, deuda exterior elevada, España devaluó la peseta un 15 %. Es decir, el valor real de un depósito entre 1992 y 1993 bajó un 15 % en comparación con tener ese dinero en un banco, digamos, alemán. Si no se hacen políticas que mejoren la competitividad de la economía, esta es la única opción.
Además, medidas como la dación en pago retroactiva de viviendas, que provocarían impagos estratégicos (gente que aunque pueda pagar su casa, prefiere no hacerlo porque vale menos que su deuda) generarían morosidades elevadas. Hablamos de un país con una deuda viva de familias de 770.000 millones de euros (ver "Indicadores Económicos" del Banco de España, cuadro 8.7). Una morosidad como la de Irlanda, que tiene dación en pago, (pero no retroactiva, así que cabe suponer que los bancos fueron más prudentes puesto que sabían que el cliente puede devolver las llaves de la casa), digamos del 12 %, generaría un agujero de unos 90.000 millones de euros. Es una cantidad enorme, y no sé de donde puede salir que no sea de los depósitos bancarios.
Este riesgo es limitado, porque quienes defienden estas posiciones son minoritarios. Además, en la práctica, aunque su discurso sea radical, poniendo en cuestión el capitalismo, luego firman pactos, incluso en el reparto del Consejo General del Poder Judicial. Por tanto, muchas de estas propuestas pueden ser para la galería.
Por supuesto que se pueden buscar salidas más justas a esta crisis. Pero para tener un reparto equitativo de sacrificios primero hay que admitir que estos son inevitables. El populismo hace todo lo contrario, se puede salir de la crisis sin ningún coste para nadie.