Los jubilados de oro de las cajas tienen problemas para comer tranquilos
on legión. El fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, ha prometido poner la lupa sobre ellos y es posible que su retiro millonario sea perturbado tarde o temprano por la maquinaria de la Justicia. Algunos ya no pueden acudir tranquilos ni siquiera a sus lugares habituales de esparcimiento. Pasó recientemente con el ex director general de Caixa Galicia José Luis Méndez, cuando acudió a almorzar a La Penela, uno de los restaurantes más recomendables de La Coruña.
Méndez entró en el local, del que es cliente habitual, pero en esta ocasión se encontró con unos comensales que le pusieron cara de pocos amigos. De hecho, comenzaron su protesta dando pequeños golpes en las mesas, que fueron creciendo en decibelios, acompañados también de un sonoro zapateo. El ambiente se puso tan feo que Méndez optó por la discreción y cambió de restaurante.
En la retina de muchos gallegos siguen incrustados los 16 millones de euros que el ex director general de Caixa Galicia se llevó en su riñonera cuando dejó la entidad, en concepto de plan de pensiones y compensaciones varias coincidiendo con su jubilación a los 65 años de edad. No pensaba retirarse, pero se cayó del cargo, en el que llevaba 29 años, cuando se produjo la fusión con Caixanova.
Los coruñeses saben también que el retiro millonario de Méndez figura entre los más altos de los que se han conocido en el sector de las cajas. Alto y disparatado teniendo en cuenta que la entidad que aglutinó a las cajas gallegas ha tenido que recibir más de 3.000 millones en ayudas públicas, pagados con los impuestos de los castigados contribuyentes.
Los jubilados de oro de las cajas tienen problemas para comer tranquilos