El especulador compra lo que no necesita y al comprar empuja el precio hacia arriba. La especulación tuvo lugar poco antes de la revolución francesa. una pieza de pan llegó a costar el salario de un mes de un trabajador. Y María Antonieta dijo a la gente que si no podían comer pan, que comieran pastelitos...
Yo entiendo que si alguien especula quiera creer que la especulación es buena, porque nadie piensa que lo que hace es malo. Los políticos corruptos no piensan que ellos sean corruptos, los ladrones piensan que las víctimas son gente tonta, y el estafador cree ser pícaro. En la tierra de los ladrones, la víctima es un tonto. En la tierra de la civilización, la víctima es víctima y el criminal es criminal.
Pensar que lo que se hace no es malo, aunque lo sea, es una manera de mantener la conciencia tranquila racionalizando mediante discurso orweliano.
Nadie lo ve cuando comete el acto, ya sea por ignorancia o por ego, hasta que la vida le pone en el rol del perjudicado. Y la vida es sabia, porque nos pone en los diferentes roles para que comprendamos. La vida es como un gallinero. Cuando la gallina está arriba lanza sus desechos sobre otros, pero cuando cuando está abajo le cae lo de otras. Y unos días nos toca estar arriba y otros días abajo en el gallinero, para que comprendamos.
No es mi tarea hacer forzar a nadie para comprender lo malo que es la especulación. La vida solita lo enseñará.