Buenas, Acrasol.
Yo sí entro en privatizar o no privatizar; creo que hay unos servicios mínimos esenciales que se deben garantizar a la población (educación, sanidad), pues si anteponemos de forma radical los beneficios económicos a la salud o la educación, acabaremos excluyendo de su cobertura a los menos favorecidos económica-socialmente (como ya está ocurriendo; y no me refiero al tema de los "sin papeles", sino a bastantes españoles "de bien").
Te voy a dar la razón en una parte de tu exposición; no me parece correcto que un partido político o uno de sus miembros rescinda de forma unilateral un contrato público con una empresa privada, o amenace con hacerlo, previo a su firma. Pero lo que resulta aún más indignante, siendo el problema inicial, es que se pague con NUESTRO dinero público las tropelías-prebendas- incapacidad gestora-amiguismos... de los servidores públicos en beneficio de determinadas empresas privadas, privatizando los beneficios y socializando las pérdidas; basta como ejemplo claro y muy gráfico el de Ribera Salud en Alzira y las autopistas de peaje (como los bancos: cuando ganan pasta se la quedan ellos, pero si meten la mano en la caja o son unos ineptos gestionando, lo pagamos los ciudadanos).
Si hasta Capio ha tenido que cambiar su nombre por idc salud, para evitar que la ciudadanía la identifique.
Lo dicho anteriormente; si quieren gestionar privado, que lo hagan; pero los beneficios o pérdidas que se los coman ellos, no los ciudadanos; ¿a cuantos de los que tenéis negocio o conoceis con él, le cubre las pérdidas el estado?.
Saludos públicos, pero bien gestionados.