Por qué España era como era hace 150 años ?.
A riesgo de ser demasiado simple, pero buscando claridad, si pudiésemos definir con unas pocas palabras las tres religiones predominantes en Occidente no estaríamos muy desencaminados si dijésemos:
Cristianismo: contemplación, pasividad.
Judaísmo: erudición
Islam: juventud, ímpetu, acción.
Cada religión lo ha tenido bien claro, de no mezclar ni los días de fiesta: los musulmanes el Viernes, los judíos el Sábado y los cristianos el Domingo. Cada una ha profesado una extrema dedicación a difamar a la otra: los cristianos dicen que a Jesús lo mataron los judíos, cuando en realidad lo mataron los italianos (Judea era una colonia romana en aquel entonces), por su lado los judíos dicen que eso no es cierto: que Jesús no es el Mesías y que lo único que vale es el Antiguo Testamento. A los musulmanes no les gustan estas aburridas divagaciones teológicas, lo suyo es la acción: hay que acabar con todo el que no crea en Mahoma. La religión musulmana es la religión más joven de las tres (700 años mas joven que la cristiana) , y como todos los jóvenes: es la más enérgica, alocada y cree que lo sabe todo. Lo suyo es la acción y ha sido históricamente la mas convencida y apasionada.
Cuando invadieron la Península Ibérica en el 700, estaban en su mejor momento. Por el año 900 Córdoba, capital del Califato de Córdoba, era de las ciudades mas pobladas de la tierra con un cuarto de millón millón de habitantes. En esa época no existía España: solo existía Navarra y algunos condados francos al Norte del río Ebro y el Llobregat, colocados ahí para frenar el avance musulman. Existía tambien una guerrilla bastante virulenta en Asturias y poco más. Los Asturianos siempre han sido iguales….cuando les da por algo.
Decía Fernando Pessoa en su libro “El Regreso de los Dioses”, a propósito de siete siglos de convivencia-pelea de musulmanes y cristianos en la Península Ibérica lo siguiente:
“…decaída la civilización árabe, que fue notable pero breve; decaído el arabismo, quedó su parte inferior: el fanatismo religioso. Este, que tenía sobrada capacidad para infiltrarse en el cristianismo, produjo una de las formas cristianas mas desoladoramente antipáticas que ha habido: ese catolicismo de salvajes de nuestra península, esa fe que había de producir la Inquisición…”
Según Pessoa, el “Catolicismo Ibero” es el resultado de incorporar ese carácter violento, conquistador y casi fanático del Islam al cristianismo original, que poco tenía que ver con la violencia, la acción o el fanatismo. Interesante. Y bien mirado fueron 700 años: algo se nos habrá pegado. Con toda probabilidad aquí también puede estar la raíz del Nacional-Catolicismo que tanto ha marcado a esa España Negra.
En estas estábamos, hasta que en Siglo XV, gobernando los Reyes Católicos (…ya solo el nombre indica de que va la cosa….), comienza a suceder la reforma protestante en Europa. Básicamente y en dos platos, los acontecimientos se originan debido a un cambio tecnológico, como es costumbre en la historia. La invención de la imprenta permite que la Biblia comience a circular por toda Europa a precios asequibles. A ver cuanto costaría una Biblia de imprenta comparada por una copiada a mano y hermosamente ilustrada por un monje benedictino en vaya a saber usted que remoto monasterio.
En esos tiempos al fraile agustino Martín Lutero en Alemania, se le ocurre traducirla al Alemán. Hasta ese entonces la iglesia de Roma era la encargada de leer e interpretar para el pueblo, y sin ánimo de lucro, la Biblia. Solo existían pocos ejemplares (que venían del remoto monasterio) y esos pocos ejemplares estaban convenientemente escritos en esa obscura y muerta lengua llamada Latín, la cual solo conocían unos pocos, y entre ellos: los sacerdotes de la iglesia romana. El paralelismo con la actual jerga financiera, sus ritos, sus “milagros” y la ignorancia general del pueblo es sorprendente.
Los alemanes al leer aquello en su propia lengua, se dan cuenta que quien no cumple ni un ápice con los preceptos bíblicos es la misma iglesia de Roma, que aquello no es como se los contaban, o sea: se descubre el pastel. Los alemanes indignados (recordemos todos lo que puede llegar a hacer el pueblo alemán cuando está indignado) se “sacuden” de Roma a la que tachan de inmoral, corrupta, y vaya usted a saber que, creando una iglesia alternativa donde “aquí, ahora si vamos a ser cristianos pero de verdad”, y fundan la Iglesia Luterana. Martín Lutero aprovecha y se casa con una del pueblo a la que le tenía echado el ojo desde hace tiempo, que un dulce no amarga a nadie, la chica le hacía ojitos y la Biblia en ninguna parte dice que los sacerdotes no se puedan casar y tener una familia normal como los demás.
En Inglaterra pasa lo mismo: Calvino traduce la Biblia al Inglés, con idénticos resultados.
Nace el Protestantismo: los verdaderos cristianos pero de verdad. Individualmente solo reportan a Dios, se leen ellos mismos la Biblia y no necesitan un sacerdote que se las interprete, o sea: les diga lo que hay que creer. Se dignifican ante Dios con su trabajo, el cura es otro más de la comunidad con mujer e hijos, no quieren saber nada de Roma y el Papa, y no se sienten pecadores y culpables por existir.
El paradigma religioso cambia del dominio y la culpa a la dignidad personal, individualismo, autocontrol y trabajo para la gracia de Diós. Yo me controlo yo mismo para vivir una vida digna para el Señor, yo soy el responsable de esto y no me controla alguien desde afuera tratándome como un crío y diciéndome que soy culpable y pecador. Cambio importante como pocos.
Aquí se produce la fractura entre países desarrollados y no desarrollados. Esta nueva forma de pensar pondrá en marcha un inmenso proceso de innovación y renovación personal en todos los sectores y en todas partes. Se redescubre Grecia y Roma y sus filósofos, se sacuden del obscurantismo medieval y comienza a crearse lo que hoy llamamos Ciencia. Estamos en el Renacimiento, donde se origina el modo de pensar que hoy sustenta la economía industrial capitalista.
El lector se imaginará lo que Los Reyes Católicos con 500 años de catolicismo (cristianismo + lo malo del Islam) a cuestas pensarían de todo aquello. Se erigen en los defensores a ultranza de Roma y el Papa: caiga quien caiga y muera quien muera. En esos años se encontraban dedicados a expulsar a todos los Judíos (la competencia) del territorio Español que en esa época eran un conjunto de reinos.
Los Reyes Católicos crean una policía política (estilo KGB, Stazi o CIA): la Inquisición Española. Se crea en 1478 mediante bula Papal. Con los años también se abrieron sucursales en todas las colonias. Desde el primer inquisidor: Torquemada hasta el último: el cardenal Merry del Val, transcurrieron más de 350 años. Todos y cada uno de esos días se dedicó a luchar (de una forma muy eficiente, por cierto) contra todo aquello que tuviese aunque fuese remotamente algún aire de modernidad, cientificismo e ilustración. Para practicar comenzaron persiguiendo a los Judíos conversos al cristianismo (a ver que tan conversos eran): luego persiguieron a todo el mundo.
Se podría decir que herejía era todo lo que no fuese trabajar la tierra y orar. En eso estuvimos mas de 350 años: 14 generaciones. Justo en el momento en que comienza el movimiento renacentista en Europa, justo en el momento en que comienzan a formarse las bases filosóficas para el establecimiento de las ciencias, del método científico, de los grandes viajes, de la física, la química, de la óptica, de las finanzas, de la contabilidad, del comercio, y de casi todo lo que hoy consideramos como “moderno”: España toma el camino diametralmente opuesto y se erigie en el luchador estrella junto a Roma y Portugal contra todo lo que oliese a modernidad, cientificismo, empirismo o se apartase mínimamente de las sagradas escrituras o para ser más precisos: de la interpretación de Roma de las sagradas escrituras. Durante “el siglo de las innovaciones” España se dedicó a la inquisición religiosa. Cuando llegó el gran cambio, España se convirtió en el principal y último defensor de los valores y el sistema de vida medieval.
Una sociedad que tome este camino tarde o temprano caerá victima de si misma, ya que el sistema de sus vecinos es a todas luces superior. Pero también se dio la casualidad que en 1492 España descubre a América, y eso le da acceso a todos los recursos y tesoros habidos y por haber….con los que poder luchar a placer y sin tregua contra la modernidad. Ahí fue a parar toda la Plata y el Oro que vino de América. España no lo “despilfarró”, lo utilizó en defender algo en lo que creia.
Con el descubrimiento de América, España se convierte en la primera potencia mundial; consagrada a defender las santas escrituras contra todo aquel que practique esa herejía que hoy conocemos como ciencia y progreso. El “Real de a Ocho” era la divisa internacional de la época, tal como hoy lo es el Dólar (tienen un curiosa historia en común).
Esta historia tiene muchos matices, pero la idea básica es esta: durante 350 años España fue el campeón mundial de la lucha contra todo lo que fuese científico, moderno e ilustrado. Durante ese mismo período los países que hoy son desarrollados, construyen la base científica, tecnológica y el modo de pensar dominante de la sociedad de hoy.
No es de extrañar que llegásemos a 1850 con una esperanza de vida 15 años menor que nuestros vecinos. No es que la vida en esos países y en esa época fuese una cama de Rosas, pero aquí era ordenes de magnitud peor. Cuando el resto de los países que pasaron por el Renacimiento llegaron a la próxima revolución: la industrial, España seguía viviendo en el medioevo, que era el modo de vida que defendía.
Sola, vestida con arrapaos, cansada, analfabeta, pasando hambre, todavía blandiendo débilmente su espada oxidada y su cruz ya carcomida por los años, seguía viendo herejes en todas partes. Después de 300 años había perdido su guerra contra la modernidad, dejándose todo en el camino, no quedándole otra opción que la de encerrarse en si misma para nunca volver. Los países protestantes ya ni se acordarían de que iba todo eso, estaban mas pendientes del Acero y de sus máquinas de vapor. La brecha física y sobre todo mental, era ya tan grande que nos verían como a unos marcianos…o como a unos curiosos y vigorosos seres atrapados en el tiempo.
De ahí venimos: de ser los últimos luchadores contra la modernidad.