http://crashoil.blogspot.com.es/2013/08/viviendo-la-altura-de-nuestras.html
Nos hicimos adictos a la Deuda, hasta el punto que hoy nadie se imagina montar un negocio, construir una casa o lo que sea, si no es mediante Crédito o Préstamo. Nos acostumbramos a pensar que el negocio va a funcionar bien y pagaremos la deuda + los intereses, además de que obtendremos buenas ganancias. Así las cosas, nos encontramos con una economía súper inflada, con dinero prestado en simultáneo por cantidades muy superiores a la disponibilidad real y que no tiene respaldo en bienes tangibles (dinero fiat). Como si ello fuera poco, aumenta cada día la cantidad de insolventes que ya no pueden honrar sus deudas, lo que hace estallar tales burbujas.
Pienso que tomar deuda es cosa seria, porque en la realidad ocurre como consecuencia, que se ponen en movimiento explotaciones y producciones de bienes a destiempo de la capacidad real de su reposición; ya sea directa o indirectamente. A ver si logro explicarme con un ejemplo… Imaginen que millones de personas en todo el mundo piden prestado el dinero necesario para construir la casa de sus sueños. Han documentado al prestamista capacidad de pago y el crédito se las ha otorgado. Entonces se ponen en marcha los “motores” que hacen funcionar las industrias que proveerán de los materiales para construir las viviendas… explotaciones madereras, cementeras, siderurgias, transportes, comercios, intermediarios, etc. Se activa la economía y todos felices. A esta altura, para la mayoría de los lectores es sabido que para que ello ocurra, también es necesaria mucha energía. Y mientras ella abunda, dale que va… más deuda, mas puesta en marcha de economías y por ende, más expoliación de recursos no renovables o de reposición más baja que lo extraído. Y si el dinero para prestar no alcanza, porque a esta altura ya se montó un tinglado que hay que sostener, se imprime más dinero… Y entonces vemos lo que está pasando en la mayoría de los países del mundo: castillos de naipes desmoronándose.
Y se entra en una de la que ya es muy difícil salir ordenadamente. Todo el sistema se corrompe, al punto de que mucha gente se endeuda “por deporte”, pues sabe que si lo hace en moneda local y a bajas tasas de interés (o al menos por debajo del ritmo de desvalorización de la misma), tiene grandes posibilidades de que su deuda se licue. Así se fomenta la corrupción y aparecen los oportunistas y “jugadores de casino”, agregando más combustible a este mecanismo perverso, que ocurre absolutamente a costa de sacarles a terceros e hipotecando el futuro. Por eso digo que es a destiempo de la capacidad real de reposición... ocurre una desconexión con los ciclos naturales de la Tierra. Y estos momentos de ficticia bonanza a desencadenado altas tasas de reproducción (superpoblación), mucho derroche y hedonismo, además de abusos que degeneran en situaciones aberrantes, como por ejemplo, el hecho de que por cada onza de oro físico extraído de las entrañas de la tierra, rondan 42,5 “certificados de papel oro” por el derecho a esa misma onza. Una locura realmente. Y esta tremenda burbuja solo ha sido posible inflarla con el aporte de mucha… pero mucha energía. Energía que ha comenzado a hacerse escasa y que hace que la manta sea corta para cubrir a todos. En el mejor de los casos, “la misma torta a ser repartida entre cada vez más bocas”.