¡Mariano!: Échate a temblar. Me presento a las elecciones
Mi propuesta básica es derogar la Constitución y se adoptará de inmediato como carta magna la Ley de Propiedad Horizontal. No habrá más órganos de representación y gobierno que los que se señalan en ella.
No necesitaremos Congreso, Senado, parlamentos autonómicos ni concejales. Nosotros seremos todo eso a través de la junta de propietarios que será internetera. Nos libraremos de una vez y para siempre de toda esa chusma de indeseables políticos.
Se privatizará el gobierno. La junta de propietarios elegirá entre los administradores que se postulen para ello eligiendo la oferta que le parezca más resultona. Y su única función será ejecutar el presupuesto que apruebe la junta y someter a su aprobación aquello que considere necesario. Si gastan un sólo céntimo más de lo presupuestado se les invitará de inmediato a ponerlo de su propio bolsillo de forma inmediata y si no lo hacen unos cuantos guardias civiles con bigote y muy mala leche los llevarán al agujero de donde no saldrán hasta que pongan la pasta.
Los administradores elegirán a dedo a quienes consideren oportuno para realizar su trabajo ya que ellos se encargarán de pagarles. Y si decidimos que se van sus colaboradores se irán con ellos. Eso no incluye poner funcionarios a dedo. Los funcionarios los ponemos nosotros y nosotros decidiremos cuántos hacen falta.
Nos ahorraremos el peñazo de las elecciones y las insufribles campañas electorales.
La junta de propietarios sólo pagará servicios básicos: Que todo el mundo tenga médico, que pueda aprender a multiplicar, un plato de lentejas garantizado y cosas así. A modo de ejemplo: Los viajes del Imserso no son un servicio básico. El que quiera vacaciones tendrá que pagarlas con su propio bolsillo. Las subvenciones a los amigotes tampoco son un servicio básico.
A todo el mundo se le pasará el recibo de lo que le toca pagar mensualmente.
Si queremos una universidad a la puerta de casa, un aeropuerto sin aviones, un puerto sin barcos, que nuestros queridos ex-presidentes, probrecitos, tengan una pensión vitalicia o una escultura muy fea en una plaza que cuesta un riñón, no hay ningún problema, ¡DERRAMA!
Estoy seguro de que no me va a votar ni mi padre.