Este es precisamente el problema. Todos hemos hecho algo parecido y lo disculpamos. Cada generación ha ido un paso más allá hasta llegar a hoy. ¿Se van a imponer los límites ellos solitos?. El que se perciba esta situación anormal como normal en España es parte del problema. No es pensar lo peor. Lo peor se está desarrollando.
Si tuvieras un hijo/a no te importaría que llegara borracho de vez en cuando. La frecuencia no es muy específica. ¿Cada cuánto te parecería razonable?. ¿Qué límites negociarías?. ¿Cerveza sí pero destilados no?. ¿ O sólo de calimocho porque el vino es un alimento, favorece la función cardíaca y es de fabricación nacional?. Me parece delirante.
A mí tampoco me importaría que Pedro se achispara un poco en Fin de Año o en alguna fiesta veraniega, siempre y cuando lo hiciera compartiendo una reunión o celebración con su familia o adultos responsables. De esa forma se interioriza la forma correcta de tomar una bebida alcohólica y dónde está el límite. Pero Pedro bebe todas las semanas, viernes y sábados como un hábito enraizado. Y no bebe entre sus familiares o adultos sino entre los de su misma edad e inexperiencia. Los Pedros, en las grandes urbes, representan el perfil mayoritario y salen para "cogerla" fuera de supervisión adulta en la oscuridad de la noche. Y no es cuestión de ser descerebrado. Es cuestión de quere ser aceptado en el grupo social, un grupo en el que beber de madrugada es lo "normal". Al principio. Después unos porritos,etc.
Recuerdo que las pocas bebidas alcohólicas que tomé en mi adolescencia fueron debidas a esa estúpida "normalidad" y porque estaban incluídas en la entrada de la discoteca. Si no estuvieran a la venta, no se consumirían. La música y la compañía es más que suficiente para relacionarse, por lo menos en la adolescencia. Pero caemos en las implacables redes del negocio del alcohol, que lo único que quiere es ganar dinero sin responsabilizarse de las consecuencias, asociando el nombre de su marca a la diversión y a la "alegría de vivir", haciendo que casi sin superar la pubertad las nuevas generaciones se enganchen al tren de la "normalidad". La misma estrategia que con el tabaco y con el cannabis.
Todos los jueves y viernes voy a trabajar por la mañana temprano y observo atónita a los "colocados" asaltando y metiéndose impunemente con toda persona con la que se cruzan . O el animal que se pone a torear a los coches en plena hora punta mañanera, en muchos casos abollando y golpeando a los coches que se paran para no atropellarlo. Se nos cae la mandíbula de asombro.
Ya que siempre no estamos comparando con Europa, comparémonos con otros países; no hay comparación posible. Ni siquiera con los emergentes.
Veo que lo del hábito del sueño no te incomoda, pero esta es una de las causas de que a los españoles nos cueste tanto madrugar. Ocupamos la noche en el ocio y de día se nos pegan las sábanas. Los trabajadores y estudiantes no pueden tener la vida disipada de los que no trabajan, porque éstos pueden dormir cuando quieran y no tienen que acostumbrarse a cumplir horarios. Espero que al menos estemos de acuerdo en esto.
Precisamente hoy con lo de Pozuelo de Alarcón: Los "condenan" a no salir durante tres meses más tarde de las diez de la noche y los padres van a recurrir porque les parece una condena excesiva; total por asaltar una comisaría de policía...angelitos.
Es decir, ya basta de paños calientes. Hay que afrontar la situación y la autoridad debe volver a serlo por el bien común, lo que, en democracia, parece poco probable. Cualquier iniciativa política razonable que trate de atajar este problema tiene mi voto. Podrían empezar por responsabilizar a los padres o tutores de menores por las acciones de éstos, con multas potentes. Ya veríamos cual sería la normalidad entonces.
Claro, no todos son así. Faltaría más. Insisto, no los culpo. Son víctimas en una sociedad deliberadamente EN-FER-MA y desequilibrada por intereses.