Liberar la estiba creará 18.000 empleos y elevará el PIB en 2.400 millones al año
La liberalización de la estiba, cuya regulación deriva de la época franquista, ha puesto en pie de guerra a los estibadores, que han convocado paros parciales en los puertos españoles para el 20, 22 y 24 de febrero. La reforma que ultima el Ministerio de Fomento deriva de una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, en donde se estipula que el modelo vigente es contrario a la legislación comunitaria.
El gremio de los estibadores, compuesto por un total de 6.150 trabajadores, goza de ciertos privilegios y sueldos artificialmente altos, con cerca de 70.000 euros de media, gracias al particular monopolio que ejercen desde hace años. El problema es que las empresas estibadoras que operan en los puertos no pueden contratar libremente a quien quieran, sino que están obligadas a emplear a los trabajadores puestos a su disposición por las sociedades anónimas de gestión de estibadores portuarios (Sagep), en cuyo capital están, además, obligadas a participar.
Este sistema les otorga un enorme poder a la hora de negociar los convenios, ya que su plena capacidad para paralizar la actividad portuaria pueden provocar pérdidas millonarias. Entre las quejas del sector se aduce, además, que tan sólo suelen trabajar de forma efectiva el 75% de su jornada laboral y que el sistema de contratación de las Sagep adolece de falta de objetividad y transparencia, haciendo muy difícil el acceso a la profesión a aquellas personas que no tengan vinculación alguna con los estibadores ya contratados.
Se trata, por tanto, de una modelo cerrado, ineficiente y endogámico que daña la competitividad de los puertos españoles. Prueba de ello es que los costes de estiba en España suponen un 53% del total de costes de manipulación de las mercancías, mientras que en las terminales europeas esta cifra supone de media únicamente un 38,8%.
Los cambios que necesitan los puertos
Ahora bien, ¿cuáles serían las ventajas de liberalizar el sector? En un informe encargado por la Plataforma de Inversores en Puertos, la patronal que agrupa a las principales concesionarias de terminales, la consultora PwC enumera una serie de cambios y reformas clave para mejorar la competitividad de este sector:
1. Cumplimiento de la normativa europea: el sector de la estiba se encuentra ante la necesidad de abordar una profunda reforma que permita su liberalización y, por tanto, el libre acceso al mercado de trabajadores y empresas, tal y como recoge la resolución emitida por el Tribunal de Justicia Europeo en diciembre del 2014.
2. Adopción de los estándares europeos de contratación:
Homologación de criterios de acceso: el sistema de monopolio actual excluye a muchos trabajadores debido a la falta de transparencia en la contratación, generando situaciones de nepotismo y enchufismo cuando se requiere cubrir una vacante o la exclusión de las mujeres en las Sageps de algunos puertos como Algeciras. Por tanto, deben establecerse requisitos de acceso uniformes y objetivos que promuevan la profesionalidad, la meritocracia y la igualdad de género en el sector.
Titulación específica: diseño de un itinerario formativo y una titulación mínima exigible (ej. FP) para poder acceder a trabajar en la estiba, evitando el intrusismo.
3. Organización eficiente del trabajo, en función de la demanda:
Adaptación de los horarios a la demanda real: posibilidad de programar los horarios y turnos de trabajo en función de la carga de trabajo.
Flexibilidad en las "manos" para ser eficientes: posibilidad de adaptar la composición de las cuadrillas o equipos de trabajo a la demanda existente en cada terminal y cada momento.
4. Mejora de la competitividad:
Proceso de ajuste salarial a niveles equivalentes a los de otras profesiones similares y a los de nuestro entorno europeo.
Armonización con países de nuestro entorno: Estados vecinos ya han llevado a cabo las reformas pertinentes para reformar la estiba.
Necesidad de aportar seguridad jurídica a los inversores, lo que favorecerá la inversión extranjera y mejorará la posición geopolítica y económica de España.
5. Utilización de la caja acumulada para soportar los costes de la reforma de la estiba: los costes asociados a las posibles compensaciones económicas a los estibadores como consecuencia de la reforma de la estiba planteada, deberían ser soportados por las Autoridades Portuarias y Puertos del Estado con el excedente de caja que acumulan.
6. Unificar Autoridades Portuarias por fachadas o nodos marítimos: evitar la competencia impositiva entre las administraciones, garantizando la "unidad de mercado". Además, una contabilidad de costes común para todas las AAPP del sistema español permitiría que cada Autoridad Portuaria pueda fijar sus tasas en función de sus costes, lo que llevará aparejado un redimensionamiento natural del sistema.
7. Eliminación de inversiones improductivas: dados los altos niveles de sobrecapacidad del sistema, durante los próximos 25 años las Autoridades Portuarias deberán reducir los niveles de inversión hasta únicamente los niveles que se consideren necesarios para mantener un sistema portuario moderno y eficiente.
El impacto de la liberalización
La implementación de estas reformas tendría un impacto muy positivo sobre los costes portuarios en España que, de acuerdo a los cálculos elaborados por PwC, se verían reducidos un 30,2% de media, pasando de suponer en la actualidad 6,9 euros por tonelada de mercancía transportada a 4,8 tras su implementación.
Esta reducción de costes tendría unos impactos significativos sobre el propio sector portuario y sobre todas aquellas empresas españolas que utilizan los puertos como un factor de producción, propiciando una reducción de sus costes e incrementando, por tanto, su competitividad y la del conjunto del país. En concreto, según el citado informe, dichas reformas tendrían los siguientes impactos anuales sobre la economía española:
Incremento de la competitividad de las empresas españolas, que se traduciría en una reducción del nivel de precios de la economía española del -0,087%.
Incremento medio del PIB real del 0,22%, que supone 2.409 millones de euros.
Aumento de las exportaciones en un 0,19%, que supone un incremento de 678 millones de euros con respecto a la cifra actual.
Aumento de la balanza comercial de 609 millones de euros.
Creación de 18.129 empleos, incluyendo tanto asalariados como autónomos.
Incremento de la renta de los trabajadores, asalariados y autónomos, en 878 millones de euros, lo cual representa un crecimiento de su poder adquisitivo del 0,17%.
Aumento de la recaudación fiscal en 486 millones de euros, así como una reducción del gasto en prestaciones por desempleo de 52 millones de euros.
Incremento del tráfico de mercancías en los puertos españoles de un 4,99%, que supondría un incremento de unos 24 millones de toneladas.
Las grandes cifras de los puertos españoles
Un motor del empleo y de la economía: el sistema portuario aporta más de 9.000 millones de euros anuales a la economía nacional (más de 24 millones y medio de euros diarios) y un total de 145.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos.
Una pieza clave en la balanza comercial: el 53% del comercio con la UE se realiza por vía marítima, una cifra que asciende al 96% en el caso del comercio con terceros países. El valor de la mercancías exportadas por vía marítima es de 84.695 millones euros (un 8,1% del PIB de nuestro país), mientras que el valor de las importaciones supone 108.245 millones.
La principal vía exportadora: el 67% de las mercancías que entran y salen de España lo hacen por vía marítima. En total, más de 500 millones de toneladas pasaron por los puertos españoles en 2016.
Una posición geoestratégica clave a nivel internacional: en el caso de España la importancia del transporte marítimo de mercancías es especialmente elevada, al contar con unos 7.900 kilómetros de costa y disponer de un emplazamiento estratégico privilegiado al estar situada entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico.
Un ecosistema internacional de extraordinaria competitividad. el 75% de las mercancías que arriban a los puertos son tráficos de transbordo, altamente volátil y muy sensible a precio, eficacia y calidad del servicio. Para que nuestro país puede resistir el envite de "puertos competidores" como Sines es fundamental mejorar en competitividad.