Acepto las exigencias de responsabilidades que estableces pero con una salvedad.
Si el estado islandés hubiera determinado que los depositantes han confiado libremente en una entidad de dudosa solvencia y se han quedado a dos velas, habiendo saltado por los aires el fondo de garantía, todos tendrán que asumir sus pérdidas derivadas de su exceso de confianza. Se liquidan los activos del banco y se reparten conforme a lo establecido en la ley entre los acreedores hasta donde llegue y punto. Fin de la historia.
Pero nos encontramos con el hecho de que arbitrariamente concede privilegios a unos clientes frente a otros según sea su pasaporte. Me temo que eso es pasarse por el forro las normas más elementales.
Tengo la impresión de que los islandeses de una forma u otra pagarán, porque se la tienen apuntada. Los acreedores no se van a conformar, el FMI tampoco y cuando pretendan llegar a cualquier tipo de acuerdo con un tercero a ver quién se fía de ellos, a qué precio y qué garantías les exigirán para que el acuerdo salga adelante.
Les guste o no los islandeses tienen una gran necesidad de confianza y crédito internacional y su actitud no contribuye en nada a ello.