Según el sitio web de la Agencia Tributaria: la retribución en especie es una forma de salario no dinerario que un empleador entrega a un trabajador, y que tiene un valor económico, aunque no se pague en dinero. Este importe figura en la casilla 7 de la declaración de la Renta (IRPF) como parte de los rendimientos del trabajo.
¿De dónde sale este valor y de qué depende?
El valor de las retribuciones en especie depende de los bienes o servicios que te haya proporcionado tu empleador durante el año, y no es igual para todo el mundo. Algunos ejemplos habituales de retribuciones en especie son:
- Uso de coche de empresa para fines personales.
- Cesión de vivienda (alquiler o propiedad) por parte de la empresa.
- Primas de seguros (de salud, por ejemplo) pagadas por la empresa.
- Servicios educativos para hijos del trabajador.
- Acciones o participaciones entregadas por la empresa.
¿Cómo se calcula? La valoración de cada tipo de retribución en especie se realiza conforme a reglas específicas recogidas en la normativa del IRPF (Ley 35/2006 y Reglamento del IRPF):
- Por ejemplo, en el caso del uso de un coche de empresa, el valor se calcula como un porcentaje del coste del vehículo (habitualmente un 20 % anual del valor de adquisición, incluyendo impuestos).
- En el caso de la cesión de vivienda, se puede valorar según el coste del alquiler de mercado o un porcentaje del valor catastral.
Importante: este valor lo calcula y comunica tu empresa a la AEAT, y se incluye en el certificado de retenciones. Por tanto, no es una cantidad que tú declares manualmente: aparece ya pre-rellenada en los datos fiscales si tu empresa ha informado correctamente.