Mi mecánico tampoco es mi amigo, le llevo el coche, me lo arregla y yo le pago. Una transacción comercial.
Pero si le llevo el coche y me dice que tiene que cambiarme medio motor y cobrarme 5000€ cuando lo que no funciona es una bujía, entonces no es que sea mi amigo o no: es que es un estafador.
El dentista tampoco es mi amigo, me arregla la dentadura y yo le pago. Pero si me dice que tiene que extraerme una muela y ponerme un implante, cuando tengo una simple caries que se arregla con un empaste, entonces también me está estafando.
El banco no es mi amigo y el vendedor del banco tampoco.
Pero si se hace pasar por un asesor financiero me coloca un producto de riesgo haciéndomelo pasar por una versión moderna de un depósito sin ningún riesgo, entonces también es un estafador.
Otra cosa es que yo lo pueda demostrar.
Mucha gente no tiene capacidad para entender a la perfección todo lo que pone en esos contratos (en realidad muy pocos de los que contratamos seguros u otros productos entendemos hasta la ultima coma de lo que pone ahí, todos corremos el riesgo de que nos puedan colar algo en una cláusula a la que no le habíamos dado demasiada importancia, para eso están los imaginativos abogados y economistas que se encargan de la redacción).
Por eso existen leyes y normativas que tratan de impedir ese tipo de estafa, basándose en el desconocimiento del comprador.
Tú seguramente tampoco tengas capacidad para valorar si tu piso está bien construido y cumple con toda la normativa de edificación o si es seguro. ¿Has comprado piso?
Si tu piso se cae mañana por estar mal constuido según tú sería culpa tuya por comprar un producto que no sabías valorar si podía tener defectos o no.
Para eso está la ley que exige toda una serie de comprobaciones, seguros y garantías.
Lo que pasa es que en el caso de los productos bancarios están mucho menos protegiso y es mucho más difícil comprobar si te han estafado y engañado o realmente tenías conocimiento de lo que contratabas y querías correr el riesgo.
Eso no quita para que esté de acuerdo contigo en que no deberías de contratar un producto que no entienes (al menos en sus aspectos más importantes) y que si tienes dudas mejor lo dejas pasar o buscas quien te lo aclare, que hay gente demasiado confiada, y otros a los que les puede la codicia (tampoco creo que sea el caso cuando te están ofreciendo una rentabilidad razonable, no la gallina de los huevos de oro).
Si te lo han vendido con engaño, diciéndote que contratas una cosa y es otra, eso es estafa, por mucho que tú no quieras. Otra cosa es que lo puedas demostrar y que por tanto prevalezca lo que has firmado.