Africa crece a un ritmo vertiginoso.
Los datos apuntan que África se encuentra inmersa en una década de dinamismo económico con unas previsiones de crecimiento medio de alrededor del 5% para 2.013 y 2.014. Sin embargo, países como Chad, Etiopía, Mozambique, Libia, Sierra Leona, Liberia ó Ghana han crecido entre el 7% y el 11% anual entre 2.004-2.012. Factores decisivos en éste crecimiento son la atracción de Inversión Extranjera Directa, la mayor estabilidad macroeconómica y unos precios de materias primas elevados.
Africa Subsahariana concentra cerca del 13% de la población mundial, genera alrededor del 2% del Producto Interior Bruto total, y actualmente los países con mejores posibilidades económicas para invertir son Ruanda, Namibia, Botswana y Cabo Verde. Un ejemplo de empresas que aprovechan el potencial del continente es Nestlé, que ha invertido cerca de 1.000 millones de dólares (más del 20% del total de sus inversiones globales) en los años 2.011 y 2.012 en la expansión de su negocio en África, donde mantiene 29 instalaciones de producción.
En Africa, la clase media se encuentra en un crecimiento relativamente rápido y provoca el aumento del poder adquisitivo. De hecho, el Producto Nacional Bruto de Johannesburgo es de 50.000 millones de dólares, cifra parecida a la de Múnich (Alemania). Y según la consultora McKinsey, en el año 2.030 las 18 ciudades más grandes de África tendrán un gasto por parte de los consumidores de 1,3 billones de dólares.