Carta mensual
Este mes terminamos con ligeras pérdidas, aunque poco relevantes para el año.
Los mayores beneficios del pasado mes provinieron de las subidas de tipos a largo, y muy
especialmente de las subidas en la volatilidad, es decir, en el precio de las opciones que
manteníamos en cartera. Durante este mes la volatilidad se ha dado la vuelta
significativamente, aunque gracias a la venta de buena parte de las opciones el mes pasado,
hace que su bajada no nos afecte especialmente, así como del cambio de la sensibilidad de la
cartera, lo cual nos llega incluso a beneficiar.
Durante el mes hemos incrementado hasta al 20% nuestra exposición a los bonos ligados a la
inflación denominados en dólares. Y pensamos que seguiremos incrementando las posiciones
por la convicción que estas serán una de las mayores fuentes de rentabilidad para los próximos
1 a 3 años. Actualmente apenas cotizan al 65%, y su precio podría doblar, sin mucho problema,
en cuanto el mercado deje de pensar que los Bancos Centrales tienen todo absolutamente
controlado (como ha ocurrido en el Reino Unido este mismo mes). Mientras tanto, tienen un
cupón que nos paga la inflación al 100%. Sobre su precio, más del 12%.
Además, y para modificar nuestra exposición a los tipos de interés, compramos bonos de
Austria a 100 años, cupón 0,85% y vencimiento 2120 en torno al 41%. Estos bonos son casi
como una opción, debido a su larguísimo plazo y bajo cupón. Terminan el mes sobre el 48% de
precio, y nos ayudan a no perder tanto por la bajada de la volatilidad.
De hecho, la relativa calma se está produciendo debido a que los mercados están viendo a los
Bancos Centrales cómo se “asustan” a la primera de cambio, y vuelven a intervenir o al menos a
empezar a dejar entrever que sus intervenciones serán más pausadas. Este hecho debiera haber
provocado que las curvas de tipos a largo plazo, en especial entre los 10 y 30 años empezaran a
ser menos negativas. Aunque al final no se ha dado y nos ha impedido terminar el mes algo
mejor. Entendemos que por cómo está construida esta posición, va a ser la que nos dé mejores
resultados en el corto-medio plazo. Además, en cuando esto ocurra, pensamos que la calma
que están teniendo las bolsas y demás activos de riesgo se verá interrumpida, posiblemente
con más fuerza todavía, momento que intentaremos aprovechar para empezar a comprar estos
activos. Si bien, no creemos que esto ocurra hasta bien entrado el año que viene. La tendencia
que ha empezado de recuperación actual puede que aguante transitoriamente, salvo que se vea
truncada por las previsiones de reducciones en los márgenes empresariales. Inevitable en
escenarios de inflación.
El riesgo de la cartera, por tanto, es relativamente bastante bajo, aunque esperamos
posibilidades de mejora que podrían ser sustanciales cuando alguno de estos eventos ocurra.
Primero las curvas, luego algún susto, y entonces los bonos de inflación, oro y metales
preciosos. Este rebote en los activos de riesgo nos parece más un momento para vender, por
ahora, y el que pueda, claro.