Hola lavatoio.
Vaya por delante que no soy muy partidarío de los fondos de retorno absoluto.
Dicho esto, presenta una rentabilidad anualizada a tres años cercana al 4% con una volatibildad del 2,5%. No está nada mal.
Pero tratando de aclarar lo que comentas, quizás te de una idea el comentario de los gestores acerca del fondo a 31 de diciembre (último publicado):
COMENTARIO DEL FONDO
Diciembre fue escenario de una caída de los activos de riesgo en la primera quincena, y de
su recuperación en la recta final del año. Pese a esta evolución, los diferenciales
crediticios cerraron el mes un tanto más anchos. El crédito europeo con grado de inversión
fue la excepción, al seguir respaldado por la perspectiva de nuevas medidas de estímulo
en la región, entre ellas la flexibilización cuantitativa (QE) por parte del BCE. Las
rentabilidades de la deuda pública terminar on el mes prácticamente inalteradas en
Estados Unidos, pero registraron nuevos descensos en la mayoría de los demás mercados
desarrollados.
Los principales lastres sobre el rendimiento del Fondo fueron el posicionamiento a largo
plazo en inflación implícita en Estados Unidos (instrumentado mediante posiciones largas
en deuda pública indexada –TIPS– y cortas en bonos del Tesoro nominales) y nuestra
posición corta en futuros sobre deuda pública japonesa. No obstante, las mantenemos
ambas de cara al futuro: por un lado, los bajos precios de las materias primas deberían
suponer un obstáculo más bien para la deuda indexada a corto que a largo plazo; por otro,
la rentabilidad de los futuros sobre deuda pública japonesa representan una opción
barata para beneficiarse de cualquier retorno, por pequeño que sea, hacia la normalidad
en el país asiático.
A nivel macro, nuestro posicionamiento orientado a la reducción de la pendiente de la
curva de rendimientos en deuda pública italiana (posición corta en bonos a 10 años y larga
en títulos a 30 años) nos costó unos puntos básicos de rentabilidad. Esta posición la
instrumentamos en las últimas semanas, en base al considerable aumento de pendiente
que observamos en las curvas de la periferia europea, provocado por la expectativa de que
cualquier medida de flexibilización cuantitativa (QE) por parte del Banco Central Europeo
que abarque deuda pública solamente incluirá bonos con vencimientos a corto plazo; si el
BCE no fija límites de vencimiento o no incluye deuda pública en su programa de QE, la
pendiente de la curva debería volver a aplanarse significativamente a nuestro favor.
La principal contribución positiva del mes procedió del componente cambiario, donde
nuestra posición larga en el dólar continuó beneficiándose de la evolución de los tipos de
cambio. En enero hemos mantenido este sesgo, al anticipar que la divergencia entre el
endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos y la relajación de las de la
eurozona y Japón seguirá respaldando al billete verde.
Por lo que respecta al crédito, nuestra postura relativamente conservadora nos evitó
pérdidas significativas ante el retroceso de los mercados, aunque sufrimos una ligera
caída neta a través de las posiciones long/short en la exposición al segmento high yield.
Mantenemos posiciones netas largas en ciertos bonos de titulización de activos (ABS),
bonos de emisores financieros y préstamos bancarios.
Saludos.