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Re: Cobas AM: Nueva Gestora de Francisco García Paramés
Ya es Value ? Entraríais ?
La economía más elemental enseña que cuantos menos sean los competidores que haya en un mercado, mejor será para los productores. Es verdad hasta cierto punto: estadísticamente, las industrias son más rentables con mayor concentración. Pero los grandes términos medios ocultan el hecho de que numerosas industrias son excepcionales y la mucha competencia no siempre perjudica el rendimiento. Lo que determina si la concentración de una industria produce buenos o malos resultados es, en nuestra opinión, algo circunstancial.
Consideremos dos de los más famosos duopolios del mundo: Coca-Cola y Pepsi, en la industria del refresco, y Airbus y Boeing, en la fabricación de aviones. La naturaleza de sus negocios es muy diferente. Coca-Cola y Pepsi comercializan bienes de consumo de marca y que se venden rápidamente. Airbus y Boeing desarrollan equipamiento de alta tecnología con un tiempo de elaboración largo. Incluso en lo que respecta a la cuota de mercado, estos duopolios difieren. Coca-Cola domina claramente sobre Pepsi, mientras que Boeing y Airbus se reparten el mercado casi a partes iguales. En el negocio de los aviones la forma de fijación de precios es opaca, mientras que en el de los refrescos es bastante más transparente. No parece evidente a juzgar por estas descripciones, pero los márgenes y rendimientos generados por los fabricantes de refrescos han sido considerablemente superiores a los del mercado de la aeronáutica.
Para saber hasta qué punto son atractivas estas dos industrias hay que fijarse en quiénes son los consumidores y cómo se produce la venta. A diferencia de la industria de los refrescos, la industria aeronáutica vende sus productos a una clientela sectorial concentrada y todas y cada una de las ventas se negocian duramente. Esto condiciona la fijación de precios y, en definitiva, la rentabilidad de la industria. En cualquier sector, es importante averiguar si la competencia es tan real a nivel micro como lo parece a nivel macro. A veces, lo que parece un mercado competitivo es más bien un entramado de estructuras más pequeñas que forman una especie de monopolio en el que todos los participantes sacan un pingüe provecho.
Pensemos en las diferencias que existen entre duopolios y oligopolios. Cuando una empresa sólo tiene un competidor, éste enseguida se convierte en el blanco. Superar constantemente a la otra empresa puede convertirse en una obsesión. Un ejemplo: la fuerte rivalidad que existe entre Airbus y Boeing, que contribuye a la relativamente pobre economía de esta industria.
Si sumamos unos cuantos competidores —si convertimos el mercado en un oligopolio—, los participantes tienden a pensar de otra manera. Como superar a varios competidores constantemente es imposible, las empresas se concentran en combatir a los más débiles y dejan tranquilos a los más fuertes. Es lo que ocurrió durante años en el mercado de los aparatos auditivos lo que finalmente pasó fue que las dos empresas dominantes –Sonova y William Demant– fueron arrebatando cuota de mercado, de forma consistente, a los competidores más débiles.
Cunningham, Lawrence A. . Invirtiendo en calidad (Spanish Edition) . Grupo Planeta. Edición de Kindle.